- La playa de La Concha volverá a tener el próximo verano un sistema de control de los accesos con el fin de poder garantizar que no haya un exceso de personas. Al igual que el año pasado, se controlará el numero de usuarios en la arena, de modo que se pueda cerrar el acceso si se sobrepasan los aforos dictados por la pandemia. Así lo señaló ayer el alcalde, Eneko Goia, tras la Junta de Gobierno Local, en la que se aprobó el expediente para la contratación de servicios de control de accesos a La Concha, que reduce notablemente su espacio en marea alta.

El presupuesto es de 120.723 euros y el plazo de tres meses y medio desde la formalización del contrato. Estará operativo, según está previsto, desde el 1 de junio, fecha habitual de la temporada de plazas, hasta el 15 de septiembre.

Como se recordará, el pasado año se establecieron limitaciones para acudir a la playa de La Concha, con restricciones antes y después de la pleamar.

Las demás playas no contaron el pasado año, ni tampoco lo harán este, con este tipo de sistema aunque sí se podrá cerrar la entrada en caso de exceso de público.

Por otra parte, el alcalde recordó que este año no habrá toldos ni sombrillas en ninguna de las tres playas de la capital guipuzcoana, como el pasado año. La situación sanitaria derivada del coronavirus desaconseja reservar espacios para los abonados a los parasoles con el fin de que se pueda repartir el espacio en la arena en todo momento.

El Ayuntamiento, que adjudicó los parasoles para tres años en 2018, deberá devolver el dinero a los más de mil a abonados. Los precios oscilan entre los 673 euros de las carpas más caras de Ondarreta y los 247 de los toldos más baratos.

En la actualidad, se prevé llevar a cabo un sorteo en 2022, de nuevo para tres años.