on el nuevo año, algunos de los proyectos de creación de ascensores públicos en Donostia se volverán a poner en marcha, como es el caso del que unirá el paseo de Larratxo número 59 con Bertsolari Txirrita 46, uno de los proyectos largamente esperados por los vecinos de esta zona de Jolastokieta, en Altza, un barrio con abundantes cuestas. Las conexiones peatonales se salvaron en su día con la construcción de numerosas escaleras.

Sin embargo, décadas después, los peldaños se han hecho más que incómodos para los residentes, muchos de ellos de avanzada edad, y los ascensores se revelan como una necesidad de primer orden. En el caso de este punto concreto, el ascensor salvará diez metros de altura que actualmente están unidos por 65 peldaños, además de rampas inclinadas.

El nuevo ascensor que comenzará a instalarse el próximo año, tras aprobarse el proyecto, tendrá tres paradas, una cabina acristalada y capacidad para acoger a unas ocho personas. Su velocidad será de un metro por segundo. Aunque el proyecto ya estaba hecho, en las últimas semanas se ha comprobado que en su interior tiene cabida una bicicleta, uno de los últimos detalles que faltaba para dar el visto bueno a la documentación.

La obra costará en torno a 350.000 euros, una fuerte inversión para una zona con elevada densidad de población y que forma parte del listado de prioridades de movilidad vertical del Ayuntamiento desde hace tiempo.

El pasado mes de julio se puso en marcha otro elevador largamente esperado en Altza, en concreto el que une Leosiñeta con Larraundi, que es inclinado en lugar de vertical, y costó 1,7 millones de euros. Este es el segundo elevador que sube en diagonal, tras el que conecta Morlans con Aiete, que acoge la capital guipuzcoana.

Con la construcción del nuevo elevador de Larratxo, el barrio de Altza se convierte en el que mayor número de ascensores públicos tiene, algo lógico si se tiene en cuenta la orografía de la loma sobre la que fue configurándose el barrio y la gran cantidad de habitantes de la zona. Además de los dos citados, hay otro más en Larratxo, otros dos en Herrera, a uno y otro lado de la plaza de San Luis, y otro que une Buenavista con Berra.

En Bidebieta se instaló otro elevador que conecta con la calle Azkuene, fronteriza con Pasaia. Más adelante, Altza podría acoger nuevos elevadores de la mano de los desarrollos residenciales previstos en el entorno de la cantera donde se ubican empresas como Otis, que desaparecerán para dar lugar a zonas de viviendas.

Paseo de Hériz

Expropiación

El siguiente ascensor que ha sido prometido a los vecinos es el del paseo de Hériz, cuyo proyecto fue aprobado hace más de un año pero aún no ha sido ejecutado. En concreto, el recorrido vertical entre la calle Escolta Real y el Seminario se salvará mediante un conjunto de cuatro ascensores, el primero de los cuales tiene todo listo para poder instalarse, excepto unos terrenos que deben ser expropiados para la obra y que han retrasado hasta el momento su inicio. Este primer tramo subirá 19 metros de los 52 que separan las dos zonas que se unirán con los cuatro elevadores en el futuro.

Tras el barrio de Altza, el siguiente con mayor cantidad de lugares necesitados de transporte vertical es Intxaurrondo, donde el Consistorio tiene siete localizaciones previstas, y Egia, con seis.