Las luces de Navidad de Donostia han quedado encendidas en la tarde de este viernes, en una acto sin aglomeraciones, a causa de la pandemia, cuyo lugar ha sido ocultado deliberadamente por el Ayuntamiento hasta el último momento para evitar que las personas se acercaran a presenciarlo. A pesar de ello, algunos paseantes se encontraron en la plaza de Ramón Labayen con la celebración del acto de encendido, ejecutado por el alcalde Eneko Goia, acompañado de la concejala de Fomento, Marisol Garmendia.

Ambos corporativos dieron al botón de encendido junto a la escultura Besarkada/El abrazo, del artista donostiarra Iñigo Arístegui, un nuevo motivo navideño que se estrena este año y que pretende ser un abrazo a todos los donostiarras afectados por el covid y también a todos los que no podrán venir a Donostia en estas fiestas a causa de las restricciones motivadas por la pandemia.

El alcalde, Eneko Goia, aprovechó la ocasión para pedir prudencia a la población y colaborar en que las cifras sanitarias mejoren e hizo hincapié en la necesidad de gastar en el comercio local "para que nos vaya bien a todos". Garmendia, por su parte, recordó que este año no puede haber noria ni atracciones infantilees, para evitar aglomeraciones.

Este año, las luces de Navidad costarán 300.000 euros, 180.000 más IVA a cargo del Ayuntamiento y el resto, de empresas patrocinadoras. Se han instalado en todos los barrios, como el pasado año.

Ademas de la gran escultura luminosa, la iluminación especial cuenta en Alderdi Eder con la conocida bola de Navidad y los puentes están decorados con arcos de luz. Las calles cuentan, como es habitual con motivos navideños, y vuelven los de tinte especialmente donostiarra como los de la barandilla de La Concha, la Paloma de la Paz y el Peine del Viento. Casi 600 elementos decorativos iluminan 103 calles de Donostia

El Mercado de Navidad, por su parte, abrirá sus puerta el día 11, con aforos limitados y recorridos de entrada y salida para cumplir con las reglas sanitarias.

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