ue una sanmartindarra de toda la vida la que decidió, hace un par de años, intentar hacer piña en el barrio. Le costó, pero funcionó. Consiguió contactar con bastante gente, durante el confinamiento también, y en verano 70 negocios crearon una mesa de trabajo para reivindicar el barrio de San Martín. Ayer, precisamente, día del citado santo, la banda de txistularis recorrió sus calles y presentaron un logo con el que intentarán seguir difundiendo la imagen del histórico barrio en la ciudad actual.

Entre el grupo de impulsoras está Marta Fernández, que explica que hasta ahora toda esta zona "se pierde" un poco en el denominado Centro de la ciudad. "La gente cuando habla del Centro suele referirse al otro lado de la calle Urbieta", apunta. Y ellos están a este lado. Concretamente, el barrio de San Martín integraría las calles entre Easo, San Bartolomé y Zubieta, a ambos lados del eje que le da nombre. Antes de que la ciudad creciera era ya un barrio extramuros poblado por artesanos que contaba con un hospital para leprosos, cementerio y tabernas-posadas.

El logo que presentaron ayer ha sido creado por Iñigo Manterola, que cuenta con un estudio en la zona, y será la imagen que a partir de ahora intentarán difundir los comercios y negocios de esta zona. También llevan meses intentando dinamizar sus establecimientos, con música o decoración especial durante el Jazzaldia o el Zinemaldia, entre otras actividades.

El día de San Martín querían celebrarlo con el ya tradicional pintxo de morcilla en los bares pero, dada la situación, no pudo ser. Sí contaron, de todas formas, con la visita de los txistularis municipales, que recorrieron el barrio con paradas frente a las sedes de las tamborradas del barrio y una visita especial a una vecina centenaria. "Ha sido emocionante e increíble", cuenta Fernández.