- El haurtxoko y el gazteleku de Amara continuarán, al menos durante este curso, en los módulos prefabricados ubicados en la plaza Ferrerías, a la espera de las nuevas instalaciones en el estadio de Anoeta, cuyo proyecto está siendo modificado. De todas formas, de momento, y a pesar de estar ya en septiembre, tanto las instalaciones de ocio infantil y juvenil de Amara como las del resto de barrios continúan cerradas, pendientes de que se resuelva el nuevo concurso para gestionar estos espacios. Precisamente, los trabajadores volvieron a concentrarse ayer en Alderdi Eder para pedir al Ayuntamiento explicaciones sobre cuándo empezarán a trabajar y sobre las consecuencias que tendrá la reducción del presupuesto.

La reforma del estadio de Anoeta está completada y la casa de cultura Ernest Lluch también reabrió sus puertas a finales del año pasado. Frente a la entrada del centro cultural está el espacio que ocupará el nuevo gazteleku y haurtxoko para el barrio, aunque las obras no han arrancado aún. El Consistorio tenía ya el proyecto preparado, pero en el nuevo escenario surgido tras el COVID-19 y sus repercusiones económicas ha decidido revisarlo.

La concejala de Juventud, Duñike Agirrezabalaga, aseguró ayer que el Ayuntamiento no renuncia a estas nuevas instalaciones, que son una prioridad del departamento. Añadió que espera contar con el nuevo proyecto en unos meses para que las obras puedan estar completadas antes del próximo curso. Mientras tanto, el servicio se mantendrá en los pabellones prefabricados, como en los dos últimos años, desde que tuvieron que salir de su ubicación anterior en el estadio como consecuencia de las obras de reforma.

Agirrezabalaga lamentó ayer, asimismo, el retraso en el arranque de la actividad de haurtxokos y gaztelekus, derivado, a su vez, del retraso de la convocatoria del nuevo concurso para su gestión. Explicó que la pandemia y la nueva forma de funcionar como consecuencia de la situación sanitaria obligaron a modificar el contenido y las condiciones del concurso, que se convocó con carácter de urgencia en agosto. Además, la Asociación Guipuzcoana de Integradores Sociales y Animadores Socioculturales ha recurrido la licitación (debido a que no especifica qué formación o titulación deben tener los trabajadores), lo cual también prolongará los plazos y trámites, aunque Agirrezabalaga espera que el servicio pueda adjudicarse en breve para poder arrancar en octubre.

Los trabajadores de los haurtxokos y gaztelekus municipales y Etxarriene, por su parte, denuncian que han solicitado en varias ocasiones una reunión con la concejala y los responsables del área de Juventud y que no han tenido respuesta. Critican que, por un lado, no saben cuándo empezarán a trabajar (normalmente se abren en septiembre) y, por otro, que el presupuesto previsto en el concurso se ha reducido, por lo que quieren saber en qué se traducirá esa reducción. Aunque la plantilla debe ser subrogada, afirman que, si vuelve un estado de alarma, no será posible mantener todos los puestos de trabajo y que no está garantizada la continuidad de seis de los 44 trabajadores de la red. Censuran, asimismo, que no se vaya a abrir el gazteleku de la Parte Vieja.