- El Ayuntamiento de Donostia aprobó ayer la reactivación de sus ayudas a la rehabilitación, aunque con una reducción del 20% con el fin de adecuarse a la nueva situación económica derivada de la pandemia de coronavirus, tal y como avanzó este periódico. Las subvenciones para actuaciones de rehabilitación y mejora de la eficiencia energética quedaron paralizadas en junio durante el estado de alarma y la Junta de Gobierno aprobó ayer una cuantía de 2.088.000 euros para llevar a cabo estas actuaciones.

Según explicó el alcalde, Eneko Goia, las obras subvencionables serán las que afectan a elementos comunes en materia de accesibilidad (ascensores, rampas, plataformas…) así como a las aconsejadas de modo urgente en la Inspección Técnica de Edificios. También podrán recibir ayudas las actuaciones que afecten a elementos privados para su mejora en eficiencia energética y aislamiento acústico. Los pisos vacíos en mal estado que vayan a destinarse a alquiler, en manos de Alokabide, también podrán obtener estas subvenciones.

Los cambios de ventanas para aislarse de ruido exterior (de un mínimo de 30 decibelios) también podrán solicitar ayuda así como las que sirvan para adecuar viviendas a personas con movilidad reducida o mayores de 65 años.

Tras dar a conocer el contenido de la Junta de Gobierno, Goia se refirió a la situación de los pabellones de El Infierno, donde el pasado lunes se interceptaron unas 30 bicicletas robadas y se identificó a 62 personas. A preguntas de los informadores, Goia recalcó que la operación policial tuvo como finalidad la “seguridad ciudadana” y no la expulsión de los residentes que, según dijo, correspondería a los propietarios de los edificios. Asimismo, el mandatario donostiarra manifestó que hay otros puntos de la ciudad en las que existe ocupación irregular de edificios por parte de personas sin hogar, aunque no en la cantidad detectada en El Infierno, un entorno que será derribado en 2021 para crear viviendas y oficinas.

El alcalde subraya que la operación policial del lunes en el Infierno tuvo como fin la “seguridad ciudadana” y no la expulsión de residentes