donostia - El Gobierno municipal aprobará hoy la inclusión de 210 edificios (entre ellos, más de 150 villas) en su catálogo de patrimonio urbano protegido. Se trata de una aprobación inicial, pero las limitaciones determinadas para cada edificio estarán ya activas y no podrán ignorarse gracias a una medida cautelar, que estará vigente un año o hasta que se apruebe el documento de manera definitiva.

Así lo explicó ayer la concejala de Urbanismo, Nekane Arzallus, que presentó la modificación del Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico Construido, el conocido como Peppuc, acompañada del director de Urbanismo, Jon Chavarri. La aprobación inicial de estos cambios llega, por lo tanto, antes de que caduque (el 8 de febrero) la suspensión de un año de las licencias de derribo para los más de 500 edificios que eran susceptibles de ser integrados en el Peppuc. A partir de ahora, la protección la tendrán los 210 que finalmente han sido propuestos para formar parte del catálogo.

De todas formas, el proceso todavía no ha acabado y Chavarri explicó que tras esta primera aprobación se abrirá un periodo de exposición pública de, al menos, dos meses, con intención de que se puedan presentar las alegaciones oportunas, por lo que aún podría haber cambios en el documento definitivo.

el proceso El Peppuc actual se aprobó en 2014 y, poco después, principalmente tras el derribo de varias villas en Ondarreta y las protestas suscitadas, se abrió un proceso de revisión. Se volvieron a analizar algunas de las edificaciones que, aunque se habían estudiado, se quedaron fuera del plan, lo que supuso que se sumaran 50 edificaciones más al catálogo en 2018. Sin embargo, las más de 500 alegaciones presentadas en ese proceso (que no procedía analizar en esa revisión) demostraron la necesidad de una segunda modificación más abierta que es la que se encargó a finales de 2018 y la que se aprueba hoy de manera inicial.

Chavarri explicó que un plan de protección patrimonial "no puede ser un elemento cerrado, sino dinámico y vivo" y que tiene que responder a distintas realidades, lo que justificaría estos dos cambios solo seis años después de aprobarse. Explicó, asimismo, que en esta última modificación se han tenido en cuenta dos criterios que en 2014 no tuvieron tanto peso, como el del valor paisajístico y el interés colectivo.

El valor paisajístico afecta, sobre todo, a muchas villas en distintas zonas de la ciudad que, con características similares, tienen valor en conjunto, aunque sus propiedades arquitectónicas o históricas a nivel individual no sean extraordinarias. Respecto al interés colectivo, el director de Urbanismo reconoció que hay realidades que tienen interés cultural o patrimonial para una colectividad a distintos niveles, más allá también de sus características concretas.

los edificios El nuevo Peppuc incorporará, por lo tanto, 210 nuevos elementos. Las cifras varían, según explicó el propio Chavarri, dependiendo de si algunos elementos se contabilizan uno a uno o como un conjunto. La mayoría son villas (más de 150), repartidas en zonas como Ategorrieta, Ulia, Egia o Ciudad Jardín (Loiola). También hay edificios residenciales, principalmente del Centro y de Gros.

La gran mayoría entran en el Peppuc con el grado D de protección (un total de 188) y han sido seleccionados por sus valores ambientales y paisajísticos. Hay una veintena de edificios más que se incorporarán a la categoría C, que protege toda la fachada de los inmuebles. Entre ellos hay una decena de villas más singulares, el edificio Urumea de Moneo, el Seminario, la estación del Norte, el Tenis o el conjunto de la EUTG de Mundaiz.

Además, Chavarri destacó que hay otros quince elementos que, aunque ya estaban protegidos, suben ahora de la categoría C a la B, lo que significa que se protegen también algunos elementos del interior. Entre ellos estarían la Equitativa, el número 2 de la calle Getaria, la conocida como Casa de Solteros de Gros, el Kursaal o varios edificios de la calle Prim. El último cambio se refiere a la categoría A, que se corresponde con inmuebles que han sido declarados monumentos por otras instituciones. En este tiempo el Gobierno Vasco ha catalogado Villa Aldama y los depósitos municipales de agua de Ulia, por lo que ambos se integrarán en la categoría A del Peppuc.

El Bellas Artes, por último, mantiene el nivel de protección anterior. Tras un debate intenso, en 2014 se le aplicó la categoría C, lo que implica la protección de su fachada (aunque se permitiría el derribo y su reconstrucción). El Gobierno Vasco anuló el proceso de catalogación emprendido, por lo que su situación actual es la que dicta el citado Peppuc.