donostia - El vertido de las aguas sucias de los retretes situados en la zona del Polvorín de Urgull obedece a “alguna disfunción” y no es un situación habitual, ya que hay una fosa séptica para recoger estos residuos, según señalaron ayer fuentes municipales tras la denuncia pública del colectivo Eguzki publicada por este diario. El Ararteko manifestó en las redes sociales que analizará la denuncia de los ecologistas.

Los citados aseos, según la explicación municipal, tienen una fosa séptica que recoge tanto las aguas fecales de los baños como las residuales del bar cercano, que en los últimos tiempos ha experimentado un notable aumento de clientes, lo que podría hacer que el sistema de recogida de aguas sea insuficiente.

De cualquier modo, responsables municipales recalcaron que las aguas residuales son tratadas mediante depuración físico-química, por lo que cuando salen al exterior ya han sido filtradas. Técnicos municipales no descartan que el hecho de que el bar se haya puesto de moda haya provocado “alguna disfunción”, como, por ejemplo, alguna rotura o mal funcionamiento de la fosa séptica, que ha hecho que parte de los vertidos salgan a la canalización al aire libre.

Últimamente, la fosa séptica ha aumentado su frecuencia de vaciado. A mediados de agosto se produjo la última limpieza y ayer, tras la denuncia pública, se ordenó una nueva.

Por otra parte, el Ayuntamiento recordó que los aseos públicos de la zona del Polvorín nunca han estado conectados a la red de saneamiento municipal y añadieron que el problema está ahora en vías de solución ya que ha comenzado el proceso para que la situación cambie el próximo verano. “Hace un año, tras incluir una partida económica en los presupuestos, encargamos un proyecto para conectar las aguas residuales a la red de alcantarillado de la ciudad, así como para mejorar los propios baños, una actuación que tiene un coste de 900.000 euros y debe salir a concurso”, explicaron. No obstante, añadieron que los especialistas municipales están estudiando ahora desgajar parte del proyecto total (que incluye también una nueva red eléctrica y otras actuaciones) para ejecutar primero la conexión a la red de saneamiento y avanzar así en la eliminación de los vertidos.

La denuncia hecha pública por Eguzki aseguraba que las aguas fecales de los baños del Polvorín salen a una canalización junto al camino, pasan en tubería bajo una campa y, tras atravesar la muralla histórica, caen en una zona de bosquete.