- Dos rotondas ordenarán los accesos a polígonos industriales y caseríos en la carretera Gi-2630, concretamente en la recta entre el barrio de Garibai y la entrada oeste a Oñati por la calle Otadui Zuhaiztia. La mejora de ambas intersecciones es una vieja reivindicación que busca soluciones para dos puntos negros del tráfico local, que soportan un intenso movimiento de vehículos a diario y han registrado una alta siniestralidad.

Una de estas glorietas se ubicará en el barrio de Garibai y busca dar respuesta al incremento de la circulación que se espera que traerá consigo la ampliación de la empresa Ulma hacia Munazategi. La Diputación Foral de Gipuzkoa asume la gestión de los suelos para llevar a cabo las obras, cuya financiación y ejecución correrán a cargo de Ulma. Está previsto que los trabajos para acondicionar la rotonda comiencen este año, según informó ayer en una nota el departamento foral de Infraestructuras Viarias. Se barajan los plazos de inicio “entre primavera y verano”.

Es un proyecto a tres bandas en el que trabajan Ulma, la Diputación y el Ayuntamiento. De hecho, este ultimo se encargará de acometer el ramal hacia el barrio de Garibai, una inversión para la que los presupuestos de este año han reservado una partida de 91.000 euros.

La segunda rotonda, que en este caso construirá la institución foral, se emplazará en San Pedro (intersección a Torreauzo), en la confluencia de la Gi-2630 con la calle Otadui, y a petición del Consistorio se habilitarán dos paradas de autobuses. La futura infraestructura permitirá suprimir todos los giros a la izquierda que se encuentran en los 700 metros que separarán a ambas glorietas, en especial los correspondientes a la intersección con la carretera Gi-3593 que conduce al barrio de Urrexola. El proyecto, tal y como informó ayer la Diputación, se encuentra en fase de redacción y se prevé “tramitarlo este año, con el objetivo de realizar las obras en 2022”.

Más de 10.000 vehículos a diario, de los que un 8-10% son tráfico pesado. Esa es la realidad que ofrece la Gi-2630 en el trayecto que une la rotonda de San Prudencio con Oñati. Regular el intenso volumen de circulación que atraviesa este vial, sobre todo en las horas punta, es el objetivo de las actuaciones que se han proyectado. Se reducirá, por tanto, la limitación de velocidad a 70 km/h en toda su longitud. “Creemos que esa velocidad está más acorde con las características de la vía y con la preocupación de los vecinos del entorno”, manifestó la diputada de Infraestructuras Viarias, Aintzane Oiarbide.

Precisó, asimismo, que este año llevarán a cabo un calmado de tráfico al comienzo del barrio de Garibai, a la par del caserío Arriagakua. “Reduciremos la anchura de la calzada y colocaremos una serie de isletas con bordillos, de manera que, además de reducir la velocidad de los vehículos, se adecuará un paso peatonal sin prioridad”, detalló Oiarbide.

Por otro lado, y con el fin de disminuir los accidentes por salida de calzada, se aumentará el coeficiente de rozamiento mediante la aplicación, en tres curvas, de una capa de microaglomerado en frío. La intervención se completará con mejoras en la señalización y el balizamiento de toda la carretera.