uenta la leyenda que hace miles y miles de años, cuando se empezaba a poblar la Tierra, los seres humanos se encontraban en una inmensa oscuridad y vivían atemorizado por el acoso al que les sometían diferentes criaturas que con la llegada de la noche adoptaban terroríficas formas como las de toros de fuego, enormes dragones o caballos voladores. Ante esa situación, los humanos acudieron a Amalur (la madre Tierra) para pedirle protección durante la noche y esta les proporcionó una flor tan hermosa que, al verla, los seres nocturnos creerían que era el propio sol y huirían aterrados.

También conocida como la flor del sol, la Eguzkilore es un cardo que crece en estado salvaje en los montes de nuestro entorno y sobre el que, como se ha señalado, recae la leyenda o creencia de que es capaz de ahuyentar a los malos espíritus y de proteger los hogares vascos. Por desgracia, el cambio climático y el consumo masificado han llevado a esta especie a tener que ser catalogada como "rara" o "flora amenazada". Por ello, desde hace ya varios años está tajantemente prohibido coger Eguzkilores en el monte; un hecho que dificulta que la ciudadanía vasca pueda seguir con la tradición de colgarlas en la puerta de casa.

Sin embargo, quienes lo deseen tienen estos días la posibilidad de hacerse con un bonito y curioso Eguzkilore en la casa de cultura Zabiel de Mutriku, que hasta el próximo domingo acoge una interesante exposición en la que pueden verse unos 110 ejemplares "de diferentes tamaños y formatos" de esa flor.

Todo ello, con la particularidad de que los Eguzkilores expuestos en Mutriku han sido realizados con cartón reciclado por la artista gernikarra de 52 años (afincada desde hace una década en la villa mutrikuarra) Amaia Aberasturi.

Licenciada en Bellas Artes y formada en tareas administrativas, Amaia Aberasturi empezó a hacer Eguzkilores de manera artesanal "a finales del pasado año". Lo hizo "porque es una flor que me encanta, porque es uno de los símbolos más reconocibles de Euskal Herria y porque está presente en casi todas las casas de los territorios vascos".

Así, el pasado mes de abril organizó en Ondarroa su primera exposición de Eguzkilores y, animada por la "espectacular acogida" que tuvo, decidió seguir creando más ejemplares; los que estos días se pueden ver (y adquirir por precios que van entre los 5 y los 70 euros) en el palacio Zabiel de Mutriku.

"La gente se sorprende al ver mis creaciones y muchos me preguntan si los Eguzkilores son de verdad, lo que me produce una gran satisfacción porque significa que he conseguido mi objetivo", explica la artista.

Hasta el viernes la muestra se puede visitar de 18.00 a 20.30 horas y el fin de semana entre las 12.00 y las 14.30 horas. Quienes se animen a visitarla saldrán con un buen sabor de boca y, probablemente, más de uno también con un bonito regalo para estas próximas Navidades.

Todas las piezas expuestas en Mutriku están realizadas a mano con cartón reciclado y se pueden adquirir

por entre 5 y 70 euros