La muestra que se puede visitar hasta el 29 de noviembre en Xenpelar Etxea de Errenteria está compuesta por fotografías de Zigor Garro y textos y dibujos de la poeta Sihara Nuño. Olatz Amalur De Los Santos de Emanbira y organizadora de la exposición ofrece un recorrido por la sala.
¿De dónde nace la idea de organizar esta exposición?
Esta exposición surge de la necesidad de transmitir a la sociedad, de alguna manera, realidades que desde mi punto de vista son muy desconocidas y que están también llenas de estereotipos e ideas que no son reales. El objetivo, por tanto, es mostrar y mandar este mensaje de las realidades que viven las mujeres que han pasado un proceso migratorio y que muchas veces son madres o son las cuidadoras principales de personas dependientes.
¿Cómo transmite esa idea la muestra de Xenpelar?
Aquí podemos ver a seis mujeres fotografiadas también con sus criaturas. En este caso en todas las fotos hay el nombre de cada una de ellas. En el otro lado de la sala se encuentran las ilustraciones y retratos que ha hecho Sihara Nuño en acuarela, donde aparecen más mujeres que han participado en el proyecto, que han sido nueve en total y fragmentos de sus relatos. Los relatos han sido extraídos de entrevistas que hice a estas nueve mujeres. En esta exposición nos hemos valido de la pintura y de las fotografías de Zigor Garro que se sacaron sin posar, de una manera muy natural.
¿Todas las mujeres son de Errenteria?
Aunque no ha sido premeditado todas son de Errenteria, menos una, que estuvo viviendo un tiempo aquí.
¿Cuál es el principal mensaje o conclusión que se quiere reivindicar con la muestra?
La lucha de estas mujeres, que es una lucha silenciada, que es una lucha que para mí han llevado y llevan como ellas otras muchas en silencio y creo que de alguna manera, quien venga a la exposición puede percibir toda la dureza de su realidad; y no sólo la dureza de la realidad, sino también la valentía de poder continuar adelante. También es una manera de honrar a estas mujeres y de honrar su fortaleza.
Si la maternidad es complicada y la conciliación una quimera, para las mujeres migrantes, que muchas no tienen una red familiar o de apoyo, será más dura aún.
Exactamente, yo diría que en la mayoría de los casos no tienen una red de apoyo, o sea que están básicamente solas. Muchas veces también tienen trabajos precarios, sin estabilidad y a eso se le juntan las violencias a muchos niveles, entre ellas la discriminación racial. Entonces, efectivamente, si la maternidad en sí es complicada, para estas mujeres lo es el triple.
En las entrevistas realizadas para la exposición, ¿hay alguna vivencia que le haya marcado?
Sí, para mí hay una especialmente dura que es de una mujer que ha vivido en la calle durante bastante tiempo, una chica muy joven de 24 años que vivió un proceso de aborto estando en la calle. A mí eso me parece lo más terrible que puedes vivir estando sola, estando en la calle sin que nadie le diera ningún recurso habitacional, sin que nadie le ayudara. En el hospital le tuvieron que hacer un legrado y la mandaron de nuevo a la calle. Afortunadamente hoy cuenta al menos con un techo.
La exposición la ha organizado Emanbira. ¿Cuándo se creó la asociación cultural?
Emanbira surgió en 2016 y trabajamos en torno a la diversidad cultural y las mujeres a través del arte. Tratamos de trabajar temas sociales a través del arte, tanto la danza como la pintura, fotografía...
¿Qué talleres o cursos organiza Emanbira?
En la asociación tenemos un grupo que se llama Emagune, que es un grupo de mujeres de diversos orígenes, colaboramos con el departamento de Diversidad Cultural de Errenteria, esto llevamos haciéndolo dos años. Es una manera de generar redes entre ellas, entre nosotras, y de trabajar el empoderamiento individual y comunitario también. Esto es lo que se mantiene a lo largo de todo el curso, y luego también organizamos diferentes acciones y actividades que puedan surgir o se nos puedan ocurrir. Además, Emanbira colabora también con un grupo que se llama Afrik&Dance, que es un grupo de danza africana tradicional del oeste de África.
Además, han organizado esta exposición.
Ha sido también un tema personal, porque yo he vivido una crianza en solitario y he vivido esa situación tan difícil de no tener redes. A raíz de conocer a mujeres que estaban en mi misma situación para mí era imprescindible contar nuestras dificultades. Cuando hablamos de maternidad y cuidados, pues pensamos en personas de aquí, pero creo que las migrantes son las eternas olvidadas. Además, yo creo que hay una perspectiva muy masculinizada y creo que las mujeres tienen una serie de características determinadas que no se tienen en cuenta a la hora de hacer políticas migratorias o se diseñan las ayudas en servicios sociales. Hay aspectos que nos hacen aún más vulnerables como puede ser la maternidad en este caso o al hacerse cargo de una persona dependiente, que la mayoría de las veces son las cuidadoras principales de esas personas.