Aiztondo Abesbatza, el coro de Astigarraga que ha acompañado la vida cultural del municipio durante tres décadas, celebra este año su 30º aniversario con un concierto especial que tendrá lugar el 22 de noviembre, día de Santa Cecilia, a las 19.30 horas en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
Tal y como destacan desde la directiva de la coral, “la cita no solo conmemora la trayectoria del grupo, sino que reivindica el valor del canto coral como herramienta de cohesión comunitaria y vehículo de memoria colectiva”.
De hecho, el concierto del 30º aniversario tendrá un marcado carácter simbólico. El grupo ha decidido situar “la paz y la solidaridad como eje del espectáculo, en un mundo golpeado por desigualdades estructurales, guerras y tragedias humanitarias”.
Repertorio diverso
“Queríamos que nuestra celebración se hiciera eco de tanto dolor e injusticia. Este año cantar por la paz no es solo un deseo, sino una necesidad”, señala la Junta Directiva del coro. Por tanto, sobre esa idea gira un repertorio diverso que combina piezas en euskera, castellano, inglés, japonés y venda, idioma hablado en Sudáfrica.
Entre los temas seleccionados para el repertorio de esta cita figuran obras como Ez, ez dut nahi, en la versión de Lekuona y Martxa baten lehen notak, de Laboa, junto con Canto a la libertad, de Labordeta, y la emblemática Imagine de John Lennon, convertida en un himno global.
Más allá del repertorio, la continuidad de Aiztondo Abesbatza se explica por una combinación de factores que van desde la implicación de sus integrantes, 28 en la actualidad, hasta la figura de su director, Igor Arroyo. “Tenemos al mejor director posible. Sabe cómo sacar lo mejor de un coro amateur cuyos miembros apenas tienen formación musical”, subraya Maite Taberna, la presidenta del coro.
El público, fiel desde los inicios, ha desempeñado también un papel decisivo en el desarrollo de la agrupación, impulsándola a mantener una actividad constante y a buscar retos artísticos cada año.
Disfrutar del canto
“Estamos muy emocionados y agradecidos por llegar a esta efeméride”, explica Taberna. “Tres décadas de ensayos, escenarios y vínculos personales sostienen a un coro que, desde su constitución formal en 1995, ha articulado un espacio intergeneracional abierto a quienes desean cantar sin más credenciales que la voluntad de hacerlo”.
En este sentido, recuerdan desde la Junta Directiva que el coro se creó únicamente para disfrutar del canto y dar a conocer la cultura musical lírica en general y la vasca en particular.
Así las cosas, a lo largo de los años han pasado por el coro decenas de personas; algunas continúan, otras se han marchado y algunas ya no están. “La fortaleza está en quienes han perseverado y han sabido contagiar su pasión y compromiso”, resume Taberna.
Futuro: seguir creciendo
De cara al futuro, el coro quiere seguir creciendo sin perder su esencia: un espacio cercano, comunitario y abierto. En su mensaje a la ciudadanía, Aiztondo Abesbatza agradece el apoyo recibido durante estas tres décadas. “Sin el cariño del público, de nuestros amigos y familiares, y sin el respaldo del Ayuntamiento y del área de Cultura, no habríamos llegado hasta aquí”, señalan. De hecho, gracias a la subvención del Ayuntamiento de Astigarraga pueden contratar a un director de la talla de Igor Arroyo.
Ello les ha permitido participar en certámenes como el Concurso Provincial de Villancicos de Errenteria, que el próximo año cumplirá 80 años, ya que Ereintza Kultur Elkartea organizó su primera edición en 1946.
Por la influencia del director tienen una relación especial con el coro Kantuz de Hernani, Salatxo de Orio, y Kantakidetza de Osakidetza, coros todos ellos que dirige Igor Arroyo.
Desde Aiztondo Abesbatza lanzan una invitación directa a todos los astigartarras: “Las puertas del coro están abiertas a quienes deseen experimentar el canto coral, independientemente de la edad o la experiencia previa”.
Por todo ello, el concierto será, para muchos, un viaje emocional; para el coro, un punto de inflexión que reafirma su compromiso con la música y con Astigarraga. “Se trata de un aniversario que no mira al pasado como cierre, sino como impulso para seguir cantando”, aseguran.