Eneko Azkue, el zarauztarra que ha recorrido 25.000 km hasta Japón a pie y en autostop
Este joven comparte en esta entrevista sus experiencias, los desafíos del camino, la generosidad de la gente que ha conocido y las lecciones de vida que ha aprendido mientras atravesaba Europa y Asia
Eneko Azkue emprendió un viaje en mayo desde su villa natal, Zarautz, hasta Japón, recorriendo más de 25.000 kilómetros solo con autostop y caminando.
En esta entrevista, Eneko comparte sus experiencias, los desafíos del camino, la generosidad de la gente que ha conocido y las lecciones de vida que ha aprendido mientras atravesaba Europa y Asia. Es una historia de aventura, resistencia y descubrimiento personal que recuerda que viajar es mucho más que moverse. Viajando se encuentra con el mundo y con uno mismo.
Comienzos
¿En qué momento decide ir desde Zarautz hasta Japón haciendo autostop y andando?
El año pasado estuve en Japón y conocí a un chico que había viajado desde Francia hasta Japón sin coger ningún avión. Soy un apasionado de la geografía y de los viajes, por lo que le hice un montón de preguntas. En ese momento dije que: “yo también lo haré”. Él viajó en tren y en autobús, pero yo quise darle un poco más de gracia, así que decidí hacerlo en autostop y/o andando. Al día siguiente ya estaba planeando el viaje. Iba a centros comerciales a ver qué podía llevar y miraba posibles rutas. Además, soy muy friki de la naturaleza y estuve buscando sitios que no me podía perder. Esto fue en junio del año pasado y el viaje lo comencé en mayo. Disfruté mucho hasta planificándolo.
"Si comenzaba en Europa en primavera, recorrería Asia en pleno verano, disfrutando de la naturaleza en su mejor momento"
Reside y trabaja desde hace tres años en Australia. ¿Volvió a Zarautz sólo para emprender este viaje?
No tengo trabajo fijo, ahorro y lo gasto viajando. Cuando estaba en Japón el año pasado me enteré de que uno de la cuadrilla se iba a casar. Además, mi visado en Australia se me caducaba en octubre. Ahí ya empecé a pensar que podía aprovechar desde octubre hasta mayo. Era la ocasión perfecta: si comenzaba en Europa en primavera, recorrería Asia en pleno verano, disfrutando de la naturaleza en su mejor momento. Todo encajaba. Durante ese tiempo hice mis viajes, en una ocasión cogí una bicicleta y fui y volví desde Zarautz hastaTarifa. Tenía que hacer tiempo.
¿Cómo recuerda el momento en el que empezó el viaje?
Fue el 20 de mayo. Me di un baño en el mar por la mañana y, después de comer, mi madre me llevó hasta Donostia para coger el autobús. Fui hasta Italia en autobús porque me daba pereza empezar en Francia (ríe). Recorrí a pie los Alpes y, cuando entré en Austria, me recogió la primera persona haciendo autostop. Tuve que andar dos horas hasta que me cogió alguien. Ese primer trayecto a dedo fue de unos 40 kilómetros. Era complicado y me daba corte porque en Europa es difícil que te recojan y nunca había hecho autostop.
Resumen del camino
¿Cuál sería el resumen del itinerante completo?
Después de Austria fui a Eslovenia. Allí dormí en una frontera que delimitaba Italia, Austria y Eslovenia. Luego seguí a Croacia, de allí a Bosnia, volví a Croacia y al día siguiente llegué a Montenegro. Pasé por Albania y Kosovo, volví a Albania (subí el monte más alto) y crucé a Macedonia. Continué hacia Grecia yendo por el monte. Pasé dos semanas en Turquia y luego seguí a Georgia para ir hasta Armenia. Tuve que coger un avión a Kazajistán por temas geopolíticos y después fui a Uzbekistán. Estuve en Tayikistán, Kirguistán y China. Pasé mes y medio en Mongolia, volví a China, donde dormí en la Muralla, estuve dos semanas en Corea del Sur y finalmente cogí un barco para llegar hasta Japón. Llegué el miércoles y me quedaré dos-tres semanas aquí.
¿Qué le ha gustado lo que más?
Mongolia ha sido muy especial, tanto por la gente como por el paisaje. La sensación era la de estar en otro planeta. En algunos sitios todo estaba tan vacío que parecía que eras el primer ser humano en pisarlo. Fue un lugar que me marcó muchísimo.
Lo que menos le ha gustado
¿Y lo que menos?
El principio. Ya he comentado que nunca había hecho autostop y se me hizo difícil. Cuando nadie me recogía pensaba en por qué podía ser. Eso pasó en Europa y me dio pena ver lo individualistas que somos. Pensamos que por tenerlo todo somos los mejores, pero creo que hemos perdido muchos valores. El inicio fue duro y eso que aún me quedaban 20.000 kilómetros por delante. Pero noté que fuera de Europa todo fue más fácil. También he aprendido muchas cosas durante el camino.
"He aprendido que, desde pequeños, nos dicen cómo es la vida y qué caminos debemos seguir, pero que se puede vivir de otra manera"
¿Qué lecciones ha aprendido?
Tenía muchas ideas en la cabeza, pero nunca las había vivido y este viaje me ha servido para esto. Por ejemplo, cuando recomiendan que no vayas a ciertos países porque son peligrosos... muchas veces es mentira, o al menos no es lo que nos cuentan. En muchos lugares el único “peligro” era yo: me miraban con miedo; el raro y diferente era yo. He aprendido que para ser feliz no hace falta tener dinero y para vivir tampoco necesitamos tanto. También he aprendido que, desde pequeños, nos dicen cómo es la vida y qué caminos debemos seguir, pero que se puede vivir de otra manera. He visto a mucha gente con el mono compulsivo de comprar todo el rato y yo estoy con las mismas zapatillas desde que comencé el viaje. Las he usado tanto para subir un 5.000 como para ir un poco de fiesta (ríe). Nos han, o nos hemos, metido en un sistema de compras masivas. Creo que la vida era más sencilla de lo que es ahora y que la hemos complicado nosotros mismos. He aprendido a vivir con muy poco; incluso he dormido bajo las estrellas sin tienda de campaña. La gente ha sido muy generosa conmigo y esos gestos me han hecho a mí más generoso también.
¿Siguiente destino?
¿Cuántos kilómetros ha recorrido hasta llegar a Japón y tiene algún otro viaje en mente?
Siempre hay algo en mente, pero primero tengo que disfrutar de Japón y después tengo que hacer dinero en Australia (ríe). Creo que el viaje ha durado 176 días, unos 6 meses. Aún no he calculado todo el itinerario, pero diría que he hecho más de 25.000 kilómetros; solo en Mongolia ya recorrí 8.000. Mi cálculo era de 20.000, pero como a veces he retrocedido... No cambio este viaje por nada, he disfrutado y he aprendido muchísimo.
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