Hace tres años, Francis Raquel Rodríguez tomó una de las decisiones más importantes de su vida. A los 30 años, y junto a su familia, dejó Nicaragua para comenzar de cero en un lugar completamente nuevo: la comarca de Goierri. No fue una elección sencilla, ya que el cambio significaba renunciar a todo lo construido hasta entonces. Sin embargo, Raquel no tardó en encontrar la manera de entrelazar lo que había sido su pasado en su país natal con la nueva etapa que se abría en Euskadi.
Hoy, con 33 años, puede decir que ha conseguido aunar esos dos mundos. Lo ha hecho a través del emprendimiento, una faceta que siempre le ha acompañado. En Beasain, en la céntrica calle Joan Iturralde, ha abierto Detalles Mágicos, una tienda de regalos en la que lo habitual se convierte en algo especial. No es un negocio cualquiera: su propósito es ofrecer a cada cliente una forma distinta, original, mágica y, sobre todo, personalizada de regalar.
En su tienda, los objetos más variados pueden transformarse: camisetas, bolsos, gorras, carteras, tazas, botellas, peluches… todo lo que se pueda imaginar, y más, puede personalizarse con grabado láser y otras técnicas que ella emplea. “No hay límite a la hora de personalizar”, asegura.
De Nicaragua a Beasain
Raquel Rodríguez vive en Ordizia, pero desde un inicio tuvo claro que quería abrir su negocio en Beasain. Desde que llegó a la comarca de Goierri, pensaba en recrear la actividad que ya desarrollaba en su país, aunque no esperaba que sucediera tan pronto. “Siempre tuve en mente abrir algo similar, pero no pensé que se haría realidad de inmediato. Surgió la oportunidad y no quise desaprovecharla”, recuerda.
“En Nicaragua tenía un negocio parecido”, explica, recordando aquella experiencia que le ha servido como base. Allí también trabajaba en la personalización de distintos artículos. La diferencia, aclara, es que ahora ha querido orientar el concepto más hacia el mundo de los regalos, centrándose en ofrecer detalles pensados para sorprender a quien los recibe, ya sea uno mismo o alguien más.
Seis meses desde San Valentín
La fecha de apertura fue más que simbólica. El 14 de febrero, Día de San Valentín, Raquel levantó por primera vez la persiana de Detalles Mágicos. No pudo elegir un día más representativo; un día dedicado, precisamente, a los detalles, a los gestos de cariño. Así nació el negocio que hoy se abre paso en Beasain.
En estos primeros seis meses de andadura, la aceptación ha sido muy positiva. Raquel lo cuenta con satisfacción, aunque siempre con los pies en la tierra: “La acogida ha sido buena, estoy muy contenta y con ganas de continuar dando pasos en este proyecto en el que tantas ganas he puesto y tanto esfuerzo he dedicado”.
Su apuesta ha dado frutos. Cada vez más personas conocen la tienda y recurren a ella para encargar detalles originales. Y es que Raquel también realiza detalles para bodas, y arma cestas de cumpleaños que incluyen peluches a elegir, globos de distintos colores y otros accesorios personalizados. En sus encargos tampoco faltan las piñatas, un elemento festivo que conecta con sus raíces nicaragüenses y que aquí también ha encontrado buena acogida.
Crecer juntos
Raquel Rodríguez reflexiona: “A veces tenemos las ideas, pero no las llevamos a la práctica”. Ella decidió dar el paso, arriesgarse en un entorno nuevo y confiar en su propia capacidad. Hoy, con su negocio consolidándose poco a poco, se siente satisfecha del camino recorrido.
Además, tiene claro que Detalles Mágicos seguirá creciendo de la mano de quienes lo hacen posible: sus clientes. “Estoy abierta a mejorar, a escuchar a la gente y a seguir evolucionando junto a ellos”, afirma. Para Raquel, cada sugerencia es una oportunidad de aprender y cada encargo, una nueva manera de reinventarse.