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Juantxo Martín: heavy en Zumarraga, pinchadiscos en Los Ángeles, ingeniero de sonido de Barcelona, cocinero en Sao Paulo...

El zumarragarra ha vivido en varios países de Europa y América y ha trabajado en diversos oficios

Juantxo Martín: heavy en Zumarraga, pinchadiscos en Los Ángeles, ingeniero de sonido de Barcelona, cocinero en Sao Paulo...N.G.

La vida de Juantxo Martín Arnaez (Zumarraga, 1972) es de película. Tocó en el primer grupo grindcore de Euskadi, ha trabajado como técnico de sonido para grandes músicos y para La Fura dels Baus, ha pinchado música en Los Ángeles, ha regentado un restaurante llamado Donostia en Brasil… y sigue viajando y viviendo aventuras.

Martín estudió Electrónica Industrial, en FP. "Cuando terminé tenía dos opciones: hacer Ingeniería en Arrasate o hacer Módulo 3 (perito) en La Salle de Zumarraga. Como no me iban muy bien las matemáticas, me tiraba mucho la música y tenía un grupo en el pueblo, me quedé en el pueblo. Después, trabajé durante tres años en CAF. Con el dinero ahorrado me fui a Los Ángeles: a la mejor escuela de sonido del mundo".

Cuando llegó no sabía una palabra en inglés. "Fui aprendiendo por narices. Es una ciudad muy grande y dura. Tuve que pedir un crédito al banco para pagar los estudios, pero conseguí el título de Ingeniería de Sonido". 

Pinchadiscos en Los Ángeles

En Los Ángeles vivió todo tipo de experiencias. "Me habían pasado el contacto de una periodista y una modelo vascas que vivían en Los Ángeles. Me llevaron a Hollywood, entramos al club de moda (Luis XIV), me subí a la cabina y le dije que me gustaría pinchar. Me dijo que volviera la siguiente semana y empecé a pinchar. A los 10 minutos de empezar a pinchar me contrataron para pinchar todas las semanas. Yo pinchaba los jueves y Fatboy Slim, que en aquella época era la bomba, los domingos. Cuando él estaba de gira, yo le cubría. Por allí pasaba gente de mucho nivel. Yo tenía unos 23 años".

Es una ciudad dura y decidió volver a casa. "Volví cuando llegué a la conclusión de que no me gustaba la forma de vivir de allí. Hace falta el coche para todo, tu vecino no te mira a la cara… Nunca sufrí violencia, pero sí tenía miedo a la policía. La primera vez que fui al downtown, donde solo hay homeless, fui a pinchar en una rave. Parecía que estaba en una película apocalíptica. Pues bien, no pasó nada. Le di 5 dólares a uno y le dije que me cuidara el coche. La rave era una salvajada. 5.000 personas. Pero he estado en raves mayores. Por ejemplo, en medio del desierto de Mojave, en la oscuridad total, todos vestidos con ropas fluorescentes y con linternas para verse…".

Cuando volvió de Los Ángeles pinchó en el club Etxekalte de Donostia. "Tanto antes de ir a Los Ángeles como después, pinché en el club de jazz Etxekalte de Donostia. Cuando volví de Los Ángeles, también estuve trabajando en el estudio de Ángel Katarain y en la Fundación Oteiza. Después me fui a Barcelona. Solíamos ir mucho a comprar discos, en una de esas ocasiones pasé por delante de una empresa de sonido y el gerente resultó ser de por aquí. Me contrató para trabajar en el Festival de Teatro de Sitges.

Con Pasqual Maragall y Jordi Pujol

En Barcelona hice muchas otras cosas: festivales de flamenco, campañas políticas… Iba con Maragall y Pujol a todas partes. Todo lo que se escuchó por televisión en 2017 pasó por mis manos: era el encargado de sonido de las manifestaciones y demás actos políticos. Enviábamos el sonido a 30 cadenas de televisión. Trabajé para los dos bandos. Cuando se escindió CiU hicieron una reunión secreta y fuimos a encargarnos del sonido. Llegué a hacer jornadas de 32 horas en una mesa de sonido. Lo digo para que se sepa cómo hemos trabajado en este sector. Quiero creer que las condiciones habrán mejorado un poquito. Yo ya no estoy trabajando en esto. A mi edad, no puedo. Volviendo a Sitges, mucho después, participé en el Festival de Cine Fantástico de Sitges: compuse la música de una película que participó en el festival".

También trabajó para La Fura dels Baus. "Trabajé en un espectáculo que se llamaba Naumon, en un rompehielos que habían comprado. Trabajamos en Génova, cuando fue Capital Europea de la Cultura, en pleno invierno. Fue muy duro. No he pasado tanto frío en mi vida. Eso sí, es uno de los espectáculos más gordos que he hecho: acudieron medio millón de personas. Con La Fura también trabajé en las olimpiadas de Atenas. En Barcelona también pinché en los mejores locales. Trabajé para el que abrió la sala Bikini. Además, trabajé en el mundo de la publicidad. El anuncio con el que más dinero he ganado es con el de Plátano de Canarias. Hicimos la música".

Etapa en Brasil

Después se fue a Brasil. "Me casé con una brasileña y tenía ganas de mundo. Cerca de donde vivía había una productora de audio y trabajé allí. En Brasil he hecho cientos de producciones de publicidad y algunos documentales. Brasil es una potencia mundial en publicidad. Trabajábamos para toda Latinoamérica, Estados Unidos y, a veces hasta para Europa. Trabajamos para Motorola, Mastercard… Teníamos cinco estudios produciendo sin parar".

En Brasil ha trabajado también en el mundo de la hostelería. "Consideraba que la productora no me pagaba lo justo y pedí un porcentaje. Como no me lo dieron, monté mi estudio. Pero no funcionó. Un día preparé una paella para una asociación benéfica. Les gustó mucho y me empezaron a llamar por teléfono para que preparara paellas en sus casas. Un amigo se puso a trabajar conmigo. Teníamos amigos de mucho dinero y uno de ellos se intereso por el negocio. Puso dinero y abrimos un restaurante: conseguimos una casa en Sao Paulo y la transformamos en restaurante. Tardamos dos años en abrir. Para poder vivir, vendí mi equipo de sonido pieza por pieza".

El restaurante se llamaba Donostia. "Hacía cocina vasca y un poquito de cocina Mediterránea. Trabajaba 16 horas al día. Un día dije se acabó. Otra de mis pasiones son las plantas. Siempre he tenido grandes profesores y de botánica me enseñó el encargado de los jardines de Sao Paulo, que es la mayor urbe de occidente".

Nuevos proyectos

Ahora está componiendo un disco de música electrónica. Siempre ha sido un apasionado de la música. "Con 14 años tocaba ya en el grupo Exhibición de Atrocidad. No había otro grupo que hiciera esa música en todo el país. Hacíamos una cosa que se llama grindcore. Trash metal muy salvaje. Tocamos muchas veces con Anestesia. Hay chavales que siguen escuchando nuestra maqueta".

Su pasión por la música y por todo lo relacionado con el sonido le viene de padre. "Mi padre era un gran amante de la música. Fabricaba guitarras eléctricas y tuvo una banda. No sé cómo, pero aprendió a fabricar pastillas de guitarras eléctricas cuando aquí no existían las guitarras eléctricas. Tuvo que dejarlo porque murieron sus padres y tuvo que casarse y adoptar a su hermano pequeño. Mi padre nació en Extremadura, cerca de Portugal. Cuando él tenía 3 años, su familia fue a Asturias. Su padre trabajó en las minas. Después, vinieron a Euskadi. Primero vivió en Lezo, después en Ormaiztegi y finalmente en Zumarraga. Trabajó en la empresa Orbegozo y en Fagor. Sacó el título de Electrónica por correspondencia y dejó la fábrica para montar su negocio de reparación y venta de radios y televisores en la calle Urdaneta de Zumarraga: Radio Martín. También montaba radios y altavoces en los coches. Cuando yo tenía 12 años, salía de la escuela y desmontaba la radios viejas de los coches para mi padre".