Irun, al ritmo del Alarde tradicional

Irun ha vuelto a vestirse de blanco y rojo este 30 de junio. Como resulta habitual en los últimos años, la ciudad ha amanecido con una imagen curiosa: la de cientos de adolescentes y jóvenes que han dormido en la calle para “coger sitio” y poder ver el Alarde desde primera fila.

Su espera se ha visto recompensada cuando, desde sus posiciones en la calle San Marcial e incluso en la calle Mayor, han podido escuchar los ecos de la Diana de Villarobledo. Eran las 6.00 en punto y, con la primera campanada del reloj del ayuntamiento y en una plaza San Juan abarrotada, la Banda ha comenzado a interpretar la melodía que cada año hace saltar y vibrar al público.

El silencio previo a la arrancada

A partir de ese momento, el movimiento ha sido constante en las calles del centro de la ciudad, con las diferentes compañías y unidades llegando a la plaza Urdanibia. El tiempo ha pasado rápido, y de repente, la calle San Marcial se encontraba sumergida en ese silencio tan característico que se produce siempre momentos antes de la arrancada. Puntual, a las 7.40, y tras el toque de corneta, el cabo de Hacheros, Juanjo Martínez, para quien este será el último Alarde en el cargo, ha realizado el giro que da comienzo al desfile. Como siempre, el público ha estallado en aplausos y gritos, arropando a las tropas en su ascenso hacia San Juan. 

Allí han ido colocándose todas las compañías, para esperar al general, Asier Etxepare, que ha entrado en la plaza pocos minutos después, con la misma sobriedad que en su estreno del pasado año. Etxepare ha saludado al balcón consistorial, donde se encontraban, entre otros representantes políticos, la alcaldesa, Cristina Laborda, junto a otros ediles socialistas, del PNV y del PP, así como la diputada de Cuidados y Políticas Sociales, Maite Peña.

Con la ayuda del cornetín de órdenes, Lauren Etxepare, el general ha convocado a los capitanes y jefes de unidad. “Ayer lo bordamos, y hoy nos toca rematar la faena. Vamos a hacer un Alarde mundial, como se merece el pueblo de Irun, por las mujeres, por las aceras, por los balcones, todos a una”, les ha dicho.  

Poco después, la compañía Bidasoa ha cruzado los arkupes del ayuntamiento para recoger la bandera de la ciudad, que ha vuelto a portar Igor Rekarte, de manos de Nerea Ugarte, representante de cantineras, y de José Antonio Apalategui, que fue general entre 1982 y 1993. 

Una jornada calurosa

Las tres descargas de infantería han resonado con fuerza en la plaza. A ritmo de Joló, la comitiva ha avanzado hacia el Juncal, donde se ha realizado la recogida del pendón eclesiástico, que este año porta Miguel Ruíz, integrante de la compañía Belaskoenea. Allí se han llevado a cabo nuevas salvas, bajo un sol que ya empezaba a apretar con intensidad.

Con 6.854 personas desfilando, el Alarde ha completado su recorrido matinal hasta la calle Santa Elena, donde ha roto filas. La fiesta se ha trasladado después al monte San Marcial. En su ermita se ha renovado el voto y se ha realizado la ofrenda floral, con el ambiente festivo de la romería de fondo. 

El Alarde volverá a arrancar a las 18.25

Tras un merecido y necesario descanso para refrescarse y reponer energía, el Alarde tradicional volverá a arrancar a las 18.25 en la calle Santa Elena. Desde allí se dirigirá al Juncal para devolver el pendón, antes de continuar por el paseo Colón, la avenida de Gipuzkoa, la calle Artaleku y la calle Mayor. 

La jornada culminará en la plaza San Juan, con el tradicional ‘rompan filas’, que marcará el inicio de una larga espera hasta el siguiente San Marcial.