El Ayuntamiento de Lezo comenzó a finales de diciembre a tomar medidas para reducir la población de palomas en el casco antiguo del núcleo urbano. Estos trabajos serán ejecutados por la empresa especializada Euskal Fauna.
Previamente a estos trabajos, el Ayuntamiento de Lezo realizó un estudio sobre la población de palomas en la localidad. “Este análisis reveló que la densidad de este tipo de aves en el núcleo urbano era excesiva, lo que hace imprescindible adoptar medidas al respecto”, explican desde el Consistorio.
Las capturas se están llevando a cabo mediante jaulas colocadas en varios edificios previamente identificados y situados en el casco antiguo. Asimismo, el Ayuntamiento ha obtenido la autorización necesaria de la Diputación Foral para llevar a cabo estas labores de control.
"Un estudio reveló una densidad excesiva de este tipo de aves, lo que llevó al Ayuntamiento a tomar medidas"
Tal y como señalan desde el Ayuntamiento, las capturas se plantean como una medida eficaz a corto plazo, pero para lograr una solución duradera será imprescindible intervenir también en los lugares donde las palomas encuentran refugio y alimento.
Por todo ello, el Ayuntamiento desea expresar su agradecimiento a la ciudadanía por la colaboración y comprensión necesarias para llevar a cabo estos trabajos. De hecho, según explican desde el Ayuntamiento, estas actuaciones tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de los vecinos y vecinas y recuperar el equilibrio ecológico en el entorno urbano.
Enfermedades
Una población importante de palomas puede causar problemas, como la exposición a enfermedades. Las tórtolas son portadoras de varias enfermedades, algunas de las cuales, pueden resultar mortales, sobre todo para los ciudadanos de edad avanzada o los niños pequeños con un sistema inmunitario debilitado.
Las enfermedades relacionadas con las palomas incluyen criptococosis, histoplasmosis y psitacosis que se pueden contraer al respirar el polvo que se libera al limpiar las heces de las palomas.
De hecho, cuando los excrementos se secan y se descomponen, liberan partículas finas en el aire que pueden ser inhaladas por los residentes, lo que potencialmente agrava problemas respiratorios y alergias.
Daños en los inmuebles
Además, los excrementos de estas aves son extremadamente corrosivos, por lo que su acumulación puede contribuir a la contaminación del aire en entornos urbanos. Además, una población elevada de palomas puede causar otros problemas, como el bloqueo de la ventilación o la obstrucción de los desagües de los edificios.
Por último, las palomas son ruidosas. Este problema afecta sobre todo a los habitantes de las ciudades durante los meses cálidos, época de apareamiento de las palomas, cuando empiezan a arrullar y aletear, construyendo nidos en cornisas, alféizares, etcétera. Con estas actuaciones, el Ayuntamiento desea mantener controlada la población de aves torcaces.