Herriak Elkarlanean celebra 25 años de dedicación y solidaridad. Un cuarto de siglo entregada a la creación de un mundo mejor. Este compromiso se refleja en el lema que ha acompañado a la ONG beasaindarra todos estos años: “Otro mundo es posible”.
Fundada en 1999, la asociación nació como un sueño de Gorka Eskalante, quien desde niño sentía una gran devoción por África y un profundo deseo de ayudar a quienes lo necesitaran. Este sueño tomó forma al conocer las experiencias del misionero diocesano Josetxo Martínez Irusta y del Hermano de La Salle Pedro Arrambide, fundador de la ONG Proyde Proega. Herriak Elkarlanean comenzó a implementar proyectos de cooperación y desarrollo en comunidades vulnerables, especialmente en países en vías desarrollo como Eritrea, Angola, Haití y Benín.
En el año 2000, Eskalante emprendió su primer viaje a Eritrea, un lugar que le impactó profundamente. Allí trabajaron hasta 2005, construyendo, entre otras infraestructuras, un internado para chicas y una escuela de educación primaria. Como explica Gorka, junto a Leire Plazaola, una de las integrantes de la asociación beasaindarra, los proyectos no se realizan sin más; primero se consulta a las personas locales para entender sus necesidades reales. Así, el objetivo de Herriak Elkarlanean es claro: cubrir y responder a esas necesidades de manera efectiva.
Benín es otro de los países a los que Herriak Elkarlanean ha llevado su compromiso de ayuda. Entre 2002 y 2018, la organización desarrolló diversos proyectos, que incluyen la construcción de centros de salud, colegios e internados, así como la instalación de sistemas de iluminación y placas solares. Según cuenta Gorka Eskalante, el año que viene planean añadir un nuevo proyecto: la construcción de un albergue.
Solidaridad con Haití
Herriak Elkarlanean comenzó su labor en Haití en 2005, con la edificación de una residencia para las Hermanas Mercedarias de la Caridad. Sin embargo, el devastador terremoto de 2010, que destrozó el país, supuso un esfuerzo mucho mayor que cualquier intervención anterior. Este desastre natural se cobró la vida de miles de personas y dejó a muchas más sin hogar. Varios voluntarios de la ONG de Beasain viajaron a Haití para ofrecer su ayuda, y Plazaola recuerda lo impactante que fue presenciar el nivel de destrucción. Beasain y toda la comarca de Goierri se volcaron con el país y la asociación, logrando enviar siete contenedores de ayuda, cada uno con 50 toneladas de suministros. Desde entonces, el apoyo ha sido constante: cada año se destina una suma significativa a la compra de alimentos básicos, asistiendo así a unas 400 familias necesitadas.
Pioneros en comercio justo
Han pasado 25 años desde que comenzó a escucharse en la comarca el término Comercio Justo, y es que fue Herriak Elkarlanean quien lo introdujo en la zona, en una época en la que apenas empezaba a surgir a nivel estatal. “En aquel entonces, este movimiento era prácticamente desconocido”, cuentan Gorka y Leire. Y recuerdan entre risas: “Incluso la gente confundía el término con el programa de televisión El precio justo”.
Hoy, 25 años después, siguen vendiendo productos como chocolate y café que garantizan un reparto equitativo entre todos los actores de la cadena de producción. Cuentan con una pequeña tienda en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Beasain, que abre todos los martes por la tarde, y realizan mercados tanto en localidades goierritarras como en municipios de comarcas vecinas.
Continuará
Eskalante y Plazaola reconocen que la situación actual de la ONG y de los pueblos a los que ayudan “no es la ideal”. Señalan que, aunque la situación en algunos países es insostenible y aquí es cada vez más difícil conseguir la ayuda necesaria, siguen motivados para continuar su labor. “Recordar todo lo vivido nos da fuerzas para seguir adelante”.