Maite Urteaga, ciclista zumaiarra del 2000, se ha estrenado esta temporada en el club Jira-Bira del equipo Eulen-Nuuk de Zarautz, y se ha convertido en una de las sensaciones de la carretera. En su primer año de competición, ha añadido a su palmarés el Campeonato de Gipuzkoa contrarreloj en Aizarnazabal. También es la actual campeona de Gipuzkoa en ruta. Urteaga habla con este periódico sobre sus inicios en el ciclismo, en una historia tan curiosa como inspiradora.
Empezó hace relativamente poco en el mundo de la bicicleta.
Sí. Empecé a andar en bicicleta hace tres años y me gustó. Después me compré una para andar por Zumaia y esta zona. A finales del año pasado, muchas veces que salía a andar por aquí me cruzaba con un pelotón que venía desde Donostia y me unía a ellos. Era un grupo de ciclistas veteranos, pero en su día habían sido profesionales o habían estado en el mundo profesional de la bicicleta. Me decían que tenía nivel para competir, pero yo les decía que no. Yo de por sí, salía a correr en llano y en montaña, y de vez en cuando cogía la bicicleta.
¿Cuándo decidió apuntarse en el equipo de Zarautz?
Uno de los del pelotón me comentó que conocía a Ismael Echarri, mánager de Jira-Bira y me animó a que fuera a probar. Le di mi número de teléfono y me llamó Echarri. Me dijo que el equipo femenino ya estaba formado, pero que fuera a probar a un entrenamiento. Vinieron desde Zarautz y nos fuimos a un puerto de Azkoitia. Ahí nos dijeron que fuéramos cada una a nuestro ritmo para ver el nivel de cada una y llegué la primera. Después de eso, me federaron y me hicieron la ficha para competir, pero sin compromiso alguno de ir a todas las pruebas.
¿Estaban de lleno en la temporada o estaban en la pretemporada?
La temporada, las carreras, comienzan en febrero, pero en noviembre ya se cierran los equipos para empezar la pretemporada. La ficha me la hicieron en enero de este año y en febrero ya estaba compitiendo.
Al final participó en las carreras.
Yo les dije que estaba apuntada a triatlones y que estaba federada para las carreras de montaña. Empecé sin compromisos en la bicicleta, pero disputé todas las carreras.
¿Participó también en triatlones y montañas de carrera?
En enero me lesioné de la rodilla y no podía correr, pero andar en bicicleta sí. El fisio me dijo que estuviera tres meses sin correr y le di caña a la bicicleta. Empecé la temporada de ciclismo en febrero y me gustó. Desde enero hasta el Flysch Trail (principios de octubre) no corrí nada.
Primeras sensaciones
¿Cómo recuerda las primeras carreras?
Al principio se me daban mal las carreras. No me amoldaba en el pelotón. La primera carrera fue la Copa de España en Noja y participaron 175 personas. Llovía mucho y pensaba a ver dónde me había metido. En el pelotón lo pasé mal. Acabamos 40 personas la carrera y yo llegué la última del pelotón. Mis primeras carreras fueron así. En llano con el pelotón siempre iba la última y después en la cuesta adelantaba, pero si volvía al llano... me iba para atrás. Acababa las carreras, pero como en las subidas lo daba todo para luego no estar tan atrás en el pelotón, gastaba muchas balas y llegaba reventada al final.
¿Cómo lo mejoró?
Con tiempo y confianza. Aunque sigo con ese miedo de caerme, que se caiga el que va delante y me caiga yo también por la inercia o que me pasen por encima los de atrás si me he caído yo. Siempre dejo una distancia de seguridad (ríe). Prefiero acabar la carrera a lesionarme. Al final lo manejé mejor. Las ciclistas me conocían y sabían el problema que tenía en el pelotón, pero algunas me ayudaban. En septiembre hicimos el campeonato de Gipuzkoa y ahí ya me sentí mejor.
Lo mejor será la contrarreloj.
Claro, voy sola (ríe). Ahí ya es una carrera contra ti y contra el reloj y todos en la misma condición. Aunque sabes cómo va el resto, tampoco lo sabes a ciencia cierta porque para cuando te han dado el dato igual ya no sirve de mucho o no es tan fiable. La prueba de Gipuzkoa fue en Aizarnazabal, carretera que conozco muy bien. Eso me dio ventaja porque sabía dónde eran las curvas de memoria y sabía dónde tenía que frenar. En esa prueba me mentalicé de que tenía el nivel y que tenía que mejorar estos aspectos que estoy comentando.
Récord en la subida a San Pedro
En la subida a San Pedro, en Elgoibar, hizo el récord de la prueba. ¿Era su objetivo?
Hace dos años participé y gané. Esta vez sí fui a por el récord, pero tampoco lo preparé del todo. Hice un tiempo de 16.25 minutos, pero creo que lo puedo hacer mejor.
Vuelta a la pretemporada
Llega noviembre y comienza la pretemporada. ¿Ya se considera ciclista?
Sí (ríe). Este año apenas he corrido. Cuando acabé el Flysch Trail en el móvil me ponía “Felicidades, es la octava actividad corriendo del año” (ríe). Ahora empieza la pretemporada e intentaré prepararme al máximo.
¿Qué le da el ciclismo que no le de correr?
Llevo corriendo toda la vida y me gusta mucho. La bicicleta también me gusta muchísimo, obviamente, y además te da la posibilidad de conocer más lugares, porque los entrenamientos son más largos.