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Caseríos que aseguran su relevo

‘Trebatu’ se estrena con siete emprendedores que ponen a prueba sus proyectos en explotaciones guipuzcoanas

Caseríos que aseguran su relevoJavi Colmenero

No es nada nuevo afirmar que la falta de relevo generacional es uno de los hándicap más importantes que tiene el sector primario. Mientras los hijos e hijas de los caseríos guipuzcoanos siguen labrándose su futuro fuera del campo y los invernaderos, hay quienes se lanzan a la aventura de desarrollar su proyecto profesional entre aperos de labranza y máquinas de ordeño. Es el caso de los siete participantes del programa Trebatu, que actúa de puente entre las personas emprendedoras que quieren vivir de la actividad agropecuaria y las explotaciones que buscan ceder el testigo, asegurando así su continuidad.

Igor Gauna lo tenía claro. Necesitaba nuevos aires en su vida. “Hacer cosas nuevas”, explicaba ayer este bergararradel barrio de Osintxu, que a sus 53 años, haciendo gala de una gran valentía, como le dicen muchos de sus amigos, ha decidido dar un giro a su trayectoria laboral. Gracias a su mujer, que es ingeniera agrónoma, se enteraron de que en el caserío Bolu Barri de Bergara buscaban un relevo. “Era una pena dejar escapar esta oportunidad. Es una empresa que va muy bien; a nivel de Gipuzkoa estará entre las cinco mini explotaciones de mayor tamaño”, relató Gauna. Tras pedir un excedencia en la cooperativa Ederlan, donde desde hace años trabajaba como técnico de moldeo de aluminio, ha dado el salto a la agricultura.

“Exigente, pero bonito”

Lleva desde junio conociendo el negocio y familiarizándose con él, de la mano de Iñaki, Andoni y Agurtzane Olabarria, los tres hermanos propietarios de Bolu Barri, una explotación con más de tres décadas a sus espaldas en la que actualmente trabajan nueve personas. “Es un cambio tremendo. Yo no conocía el campo; hemos tenido una pequeña huerta, pero poco más. Esto no va solo de plantar tomates, es un trabajo exigente y enorme, pero muy bonito a la vez”, destacó Gauna sobre la nueva experiencia en la que se ha embarcado. En estos primeros meses las impresiones son buenas. “Ambas partes estamos convencidas de que estamos haciendo lo que queremos”, recalcó.

El Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Gipuzkoa, Landaola, Lurgintza, Abelur, Elika Fundazioa, Hazi, Lanbide, Etorlur y Fraisoro Eskola están al frente de Trebatu, un proyecto que afronta su primera prueba de fuego para dar una solución a uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector primario: poner freno a la falta de relevo generacional.

“Este programa conecta a personas emprendedoras que desean desarrollar su carrera dentro del mundo agrario con explotaciones que requieren continuidad. El objetivo es revitalizar el sector, impulsar la economía alimentaria local y garantizar su sostenibilidad a largo plazo”, manifestó Edurne Matias, representante de Landaola, en el acto de presentación de Trebatu que tuvo lugar ayer en el caserío Bolu Barri del barrio Sanantonabat de Bergara. Por su parte, el diputado de Equilibrio Territorial Verde, Xabier Arruti, apeló a la “responsabilidad” de otros agentes, como las empresas y la sociedad, para asegurar “la viabilidad y el futuro” del sector en Gipuzkoa.

Evaluar la viabilidad

El programa combina, de este modo, la formación teórica, que corre a cargo de Fraisoro, con la práctica en las propias explotaciones. Durante dos años las nuevas generaciones de profesionales del sector primario testarán su futuro en un área esencial para la economía local.

En esta primera edición son siete las y los trebalaris que ya están trabajando en la crianza de vacuno para carne, vacuno de leche, producción de flores ecológicas, avicultura, fruticultura y horticultura. Se trata de Rubén San Pedro que lleva a cabo su proyecto en el trebatze gune de Amalarre (Bidania-Goiatz); Alain Ramos, que hace lo propio en Lumagorri (Amasa-Villabona); Eñaut Urkola en Arane y AinaraMujika enElika Kooperatiba, ambos en Oiartzun; Uriel Aguilar en el caserío Oihanalde de Irun, y Usoa Cilveti en Astigarraga.

El séptimo trebalari, Igor Gauna, cogerá el testigo de Bolu Barri, un caserío que con Andoni, Iñaki (los dos están jubilados) y Agurtzane cierra la tercera generación de una familia volcada en la actividad agrícola. Estos tres hermanos, que en su día cursaron estudios universitarios, siguieron la estela de su abuelo, Juan Olabarria, y su padre Inaxio. Con cinco hectáreas de invernaderos, la explotación se dedica al cultivo de hortalizas y frutas, además de contar con un vivero de plantas y semillas. “Es un trabajo duro; nuestros hijos e hijas han visto todas las horas que hemos invertido en estos años y han seguido otros caminos. Así que vemos en Trebatu una oportunidad para dar continuidad al negocio”, apuntaba Andoni.

Un proyecto, por tanto, dirigido a ofrecer soluciones al relevo generacional, impulsar la producción local y favorecer el desarrollo sostenible. La inscripción para futuras ediciones de trebalaris y trebatze gune está abierta a través del email trebatu@landaola.eus y el teléfono 747 473 409.