Iragana, oraina eta etorkizuna, las tres palabras que ocupan la placa que se descubrió en Aita Agirre ayer al mediodía, marcaron el desarrollo del acto con el que Elgoibar conmemoró ayer los 125 años del inicio de la Formación Profesional en esta localidad. El lugar elegido para la placa no es casual ya que fue en ese edificio, sede durante muchos años de las escuelas de Aita Agirre y, en la actualidad, reconvertido en espacio cultural, donde Bernardo Ecenarro abrió en 1899 la academia de dibujo que sirvió de punto de partida a una apuesta continuada por la formación de trabajadores cualificados para las empresas de la zona.
Dar respuestas a necesidades
El esfuerzo de Ecenarro y otros pioneros de la FP que vinieron después inició una senda que hoy tiene sus referentes en la Meka y el IMH. Pero el camino no finaliza aquí y, tal y como señalaron en sus intervenciones las personas que tomaron la palabra ayer, “el presente tiene que sentar las bases de un futuro marcado por un sistema educativo renovado, capaz de entender y dar respuesta a las necesidades de la industria y el sector servicios con personas muy cualificadas”.
La primera escala de las celebraciones tuvo como escenario al salón de plenos del ayuntamiento. El acto se inició con la lectura del acuerdo municipal que dio pie a la Academia de Dibujo de Bernardo Ecenarro en 1899 y continuó con la posterior lectura y firma de la Declaración del 125 Aniversario de la Formación Profesional de Elgoibar por parte de la alcaldesa de Elgoibar, Maialen Gurrutxaga, la consejera de Educación, Begoña Pedrosa, el director de Meka, José Mari Beristain, y la directora de FP del IMH, Alaitz Bastida,
125 aniversario
La segunda parte de este encuentro en conmemoración del 125 aniversario de la FP tuvo lugar en Aita Agirre. Allí se descubrió la placa señalada anteriormente y un busto con la figura de Bernardo Ecenarro, y se llevó a cabo un acto de homenaje a Bernardo Ecenarro y Amadeo Aizpitarte en su condición de impulsores de la FP en Elgoibar, en el que estuvieron representados por sus descendientes. Otro de los homenajeados fue Jesús Rementeria, profesor de la Escuela de Artes y Oficios, antecesora de lo que hoy en día es la MEKA, quien acudió al acto en compañía de su hijo.
