El colectivo de pintura Haitz Haundi ha recreado la labor de los antiguos cordeleros en un espectacular mural que se ha presentado de manera oficial al pueblo de Deba este sábado al mediodía. La obra, que tiene seis metros de largo, está protagonizada por la figura de un cordelero que manipula una rueca de gran tamaño destinada para la fabricación de cuerdas, tal y como se hacía en la Edad Media.

Las cuerdas eran elementos de gran importancia en aquel tiempo, ya que se utilizaban para equipar a las embarcaciones de pueblos marineros como Deba, en operaciones como izar y bajar las velas, amarrar a puerto los barcos o para atarlas a los arpones en los barcos balleneros. Estas utilidades se hacían extensiva a otros campos, pues las cuerdas eran elementos fundamentales para todo tipo de oficios y labores como las que se llevaban a cabo en los caseríos.

El mural se ha instalado en un lugar directamente vinculado a este pasado. De hecho, la calle que lo acoge desde este sábado responde al nombre de Cordelería (en euskera, Sokagin), en recuerdo a los antiguos cordeleros que trabajaban en esa zona. En concreto, esa labor se llevaba a cabo en una zona de arenal que se extendía extramuros de la villa, al pie de la cerca medieval que se situaba a la altura del lugar en el que se ha colocado el mural.

Mural del cordelero medieval en Deba Alex Turrillas

El acto ha contado con la participación de representantes del Ayuntamiento de Deba, así como del colectivo Haitz Haundi, artífice de la obra bajo la dirección del artista local José Ignacio Treku. La presentación del mural se ha acompañado por la presencia de la espectacular réplica de una máquina para la elaboración de cuerdas fabricada en los talleres de Albaola, con la que ha recreado como se manufacturaban, siguiendo las pautas de fabricación que se utilizaban en el siglo XVI.