Frida Watkins (2008) es una joven cesta puntista que el lunes de esta semana, fue campeona del Master de Zumaia.

¿Desde cuándo lleva jugando a cesta punta?

Yo comencé a jugar a cesta punta hace siete años. Tenía ocho años. En realidad quería apuntarme a esku-pelota, pero me dijeron que no quedaban plazas.

Entonces, ¿por qué se apuntó a este deporte?

Al no haber plazas en pelota me dijeron que podía apuntarme a cesta punta y yo por probar, me animé. Si te digo la verdad mi familia no se lo esperaba para nada. Ellos creían que iba a durar unos diez días y ya llevo siete años jugando (ríe).

Se puede decir que les ha callado la boca.

Sí, sí. Ahora ya se lo creen y me respetan (ríe). Me animan a todo y me dicen que entrene mucho para que llegue a lo máximo que pueda.

Además ahora que la ven en la televisión. Estarán orgullosos y todo.

Eso es. Al final salir en la televisión es un plus muy grande, te conoce más gente y te llaman para jugar desde más sitios.

Ha dicho que comenzó con ocho años a jugar a cesta punta. ¿Cómo recuerda esos inicios?

Al principio hacíamos quinielas las chicas que estábamos. En Zumaia no he jugado casi nada. Casi siempre he jugado en Mutriku, Berritxu, Markina... Ahí se juega mucho. Aun así, he comenzado hace poco a competir contra chicas. Siempre he estado jugando con y contra chicos.

¿Eso por qué? ¿No había suficientes chicas para jugar entre vosotras?

Sí. Comparando con los chicos éramos un grupo muy reducido. Ahora, al menos, tenemos nuestras liguillas femeninas.

¿Cuántas chicas están compitiendo en el circuito?

En total, somos alrededor de diez o doce mujeres participando en el circuito. Todas las que estamos hemos nacido entre el 2004 y el 2008.

Ha tenido partidos el martes y el miércoles. ¿Qué tal fueron?

El partido del miércoles lo jugué en Berritxu y gané. En Berritxu se organiza siempre una liga. Por ejemplo, se juega una liga durante dos meses y después hay dos semanas de descanso antes de que empiece otra liga, como se hace en algunos sitios de los Estados Unidos.

¿Habrá notado alguna mejora en estos siete años, no? Juega de zaguera, ¿Cómo se decide eso?

Realmente, he notado un gran progreso en este último año, ya que ahora estoy mucho más activa en el juego que antes. Jugando se aprende mucho más que entrenando. En cuanto a la posición en el frontón, yo al principio jugaba delante. El juego es más vivo delante del frontón. Para mí es más fácil jugar delante, aunque para la mayoría no lo sea así. Al final, desde atrás tienes que darle con mucha más fuerza y tienes que seguir todo el juego. El zaguero es el que tiene que dar todas las órdenes, lleva el control del juego. Si no hace bien ese trabajo, partido perdido.

El Messi de la cesta, Goiko, es de su familia. ¿No influyó a la hora de apuntarse a este deporte? Le habrá ayudado mucho estos años.

Si quiere que le diga la verdad, nunca pensé en ello. Cuando llevaba tiempo jugando mi madre ya me dijo que había elegido el mismo deporte que mi primo Iñaki. Ahí ya fue cuando pensé: “Iñaki es tu primo, es el mejor en este deporte”, y la verdad es que eso me dio más impulso para seguir jugando. Lo considero como un amigo. A mí sí me ayuda, pero a todas las demás chicas también.

Ha dejado el listón alto en la familia.

Si sólo fuera en la familia... Ha dejado el listón altísimo en el deporte. Siempre ha sido el mejor y ahora que lo ha dejado a ver quién consigue todo lo que ha logrado él.

El lunes, mientras todo Zumaia estaba celebrando los santelmos, usted estaba celebrando el título del Master de Zumaia. ¿Cómo lo vivió? Fue en su pueblo y el frontón estaba abarrotado.

Fue muy bonito. Lo que ha dicho, día de San Telmo, frontón lleno, muchos amigos y casi todas las caras conocidas... Cambia mucho jugar así que jugar fuera. Cuando la gente no te conoce juegas de otra forma y viceversa. Por la presión prefiero jugar fuera, hay menos, pero si quiero jugar un buen partido, prefiero jugar en casa. Cuando te ve la gente que conoces sientes más presión, pero eso da pie a jugar mejor.

¿Tiene referentes femeninos en este deporte?

–Mis referentes son contra las que juego ahora. De pequeña, cuando jugaba quinielas, siempre me quedaba a ver los siguientes partidos y ahí jugaban Eneritz, Ihart, Maialen... Ahora juego con y contra ellas. Al principio me intimidaba jugar contra ellas, pero ahora ya me he acostumbrado.

Ha compaginado la cesta con el fútbol.

Sí. El fútbol lo dejé hace pocos meses. Practicar los dos deportes era un plus porque el fútbol me ayudaba a mejorar el físico, me ha dado más fondo.

¿Cuál sería su objetivo o sueño?

Este verano he estado en México jugando y eso fue increíble. Me gustaría mucho poder ir a Estados Unidos a probar y a jugar. Hay un ritmo muy bueno ahí, pero aquí también, eh. Aquí me encantaría jugar algo grande e importante en Gernika. Para lograrlo tendré que trabajar mucho.