Ormazabal Loradenda celebra este año su centenario como comercio familiar de Lasarte-Oria. El actual propietario, Ramón Ormazabal, cuenta que en ese mismo local, entre Kale Nagusia y Goikale, en el bajo del edificio Lizarriturrinea-Mayor, sus abuelos Javier Ormazabal y Juana Mendizabal inauguraron en 1924 una barbería y una taberna.

Ramón Ormazabal y Koro Ortega en su tienda. | FOTO: A.M.

Tal y como señala Jesus Mari Eguizabal en la revista Lasarte-Oria “entre los años 1915 y 1940 en los barrios de Lasarte y Oria, por aquel entonces administrativamente dependientes de cinco municipios diferentes, quiso el azar que en su entorno se localizaran el hipódromo, el campo de golf, el circuito automovilista y la fábrica Michelin”. Ello trajo consigo una época de bonanza y Juana vio una oportunidad de negocio, sustituyendo la taberna por un ultramarinos.

Cuando los abuelos se retiraron, cogió las riendas del negocio la segunda generación: el padre de Ramón Ormazabal, Perico, casado con María Mendiguren, Maritxu. En 1956 acometieron una reforma en profundidad del establecimiento y al comercio de alimentación le añadieron una sección de ferretería.

El menor de los hijos, Ramón Ormazabal, fue quien siguió la estela de sus padres: “Para disgusto de mi padre, a los 16 años decidí dejar de estudiar e involucrarme en el negocio familiar. Siempre me ha llamado la atención, lo he vivido. Vivíamos arriba y abajo teníamos la tienda y siempre estaba ahí”.

En la revista Lasarte-Oria se relata que Ramón tenía un propósito cuando se incorporó al negocio de “reorientación absoluta” para “centrarlo en floristería y en artículos de regalo, que se haría realidad en 1977”. Se trata de un sector que a juicio de Ramón Ormazabal funciona bastante bien en el pueblo. Años más tarde, la tienda pasó a denominarse como se la conoce en la actualidad: Ormazabal Loradenda.

En 1987 se casó con Koro Ortega, que atiende a la fiel clientela al otro lado del mostrador.

Nos fuimos especializando e hicimos cursillos de todo tipo. Intentamos que sea un comercio atractivo por el escaparate, por la forma de presentación y acabado del producto...”, explica Ramón.

Sin embargo, tan importante como su negocio, en su opinión, es haber contribuido a hacer pueblo, involucrándose y participando en todo tipo de eventos sociales, culturales y deportivos que se han ido organizando en Lasarte-Oria. “Hemos participado en ellos y además hemos decorado nuestro escaparate ante acontecimientos determinados, como es ahora el de la Tamborrada”, apunta.

Por otro lado, hace 30 años que se creó la asociación de comerciantes, hosteleros y servicios de Lasarte-Oria, Aterpea, en la que Ormazabal ha tenido un papel importante durante muchos años.

“Hace 30 años estábamos viviendo unos momentos críticos en el sector comercial (coincidió con la apertura de Urbil) y era necesario asociarnos para defender los intereses del comercio local. Ormazabal participó desde el principio”, señala.

Hoy en día el comercio vive un momento “delicado, pero no está en sus peores momentos”. Según comenta Ramón Ormazabal tienen que hacer frente a la amenaza de la venta online, pero en su opinión el mayor problema que afronta el comercio local es la falta de un relevo generacional, no sólo en su establecimiento, sino en todo Euskadi; un problema al que las administraciones públicas deberían poner remedio a través de programas de ayudas e incentivos, reclama.