Unai Uranga (1994) y Julen Cabanillas (2004) se encuentran haciendo las Américas durante tres meses. Los jóvenes zumaiarras van a cumplir un sueño que pocos pueden alcanzar. Ambos llevan desde que eran muy pequeños jugando y disfrutando de este deporte, por lo que esta experiencia les hará mejorar y amar más la cesta-punta. Llegaron a Dania (Florida, Estados Unidos) el jueves y se encuentran “muy bien y con ganas de empezar a jugar cuanto antes”. Días antes atendieron a este periódico.

¿Tenían ganas de ir a Dania?

Unai Uranga: Sí. Teníamos ganas ya de que llegase el día. Desde que se supo la noticia la gente no para de preguntarme a ver cuándo me voy. En el taller también me preguntaban todos los días y al final con eso las ganas van aumentando.

Julen Cabanillas: Yo también tengo muchísimas ganas de ir y estoy ansioso por entrar en la cancha y ponerme a jugar.

¿Cuándo se enteraron de la noticia?

U.U. En mi caso yo me enteré en verano, cuando se disputó el torneo de Zumaia. Creo que fue ese día cuando me lo confirmaron. Aun y todo, yo ya llevaba tiempo hablando con el equipo y la gente de allí. Nos pusimos en contacto dos meses más tarde de acabar la temporada para ver si existía la posibilidad de ir y así fue.

J.C. Mi caso es distinto. Yo lo supe más tarde. Josu Mugartegi, puntista de Markina, les comentó a los de allí mi nombre y a la mínima que me lo propusieron no dudé en decir que sí.

Van a estar tres meses en Dania, pero aquí ya tenían la rutina hecha. ¿Cómo se lo han tomado en el trabajo o en la universidad?

U.U. Yo trabajo en una fábrica y he pedido una excedencia de tres meses. La verdad que es una suerte y tengo que estar agradecido al taller también porque no me han puesto ninguna pega desde el primer momento. Muchas veces la gente pide una excedencia para irse de vacaciones y se las deniegan. Les comenté mi situación y lo entendieron desde el principio.

J.C. Yo estoy estudiando un grado de Administración de Empresa en la UPV. Les dije que existía la posibilidad de ir a jugar a cesta-punta durante tres meses a Dania y como a Unai, no me pusieron ninguna pega. Es más, me han facilitado todo. Los exámenes justo son en enero y me pillan en Estados Unidos, pero desde la universidad me han dicho que los puedo adelantar o incluso retrasar. En cuanto a las clases, también me han ofrecido la oportunidad de hacerlas a través de Internet.

¿Cómo se recibe una noticia de este tipo? Llevan desde muy pequeños jugando a este deporte.

U.U.: Al principio, en mi caso, fue una grata sorpresa. Yo quería decir que sí, pero antes de eso tenía que hablar con los del taller a ver si me dejaban ir. Una vez que dices el sí las ganas van en aumento, y ahora que se acerca la fecha todavía más.

J.C. Yo tuve menos tiempo para decidir, pero desde el principio tenía claro que quería ir. En casa y todo lo recibieron como una noticia muy positiva.

Son zumaiarras, en su día ya se veía que algunos puntistas de Zumaia y de Euskal Herria se iban a Estados Unidos a jugar, pero últimamente no solían ir tantos. ¿Esperaban que en algún momento de sus vidas les iba a llegar esta oportunidad o daban por hecho que era muy difícil?

U.U. No lo sé. Siempre he visto a gente de mi entorno ir. Por la cabeza se te pasa alguna vez, pero tampoco es que te lo marques como un objetivo. Jugamos porque amamos este deporte. Tampoco me había interesado mucho hasta ahora, por lo que te he estado comentando. Siempre pensaba, estoy trabajando y no puedo ir a jugar a cesta fuera durante un tiempo. En el taller lo estuve comentando con un compañero y me animó a hablarlo con los jefes. El año pasado ya vi que algunos de Euskal Herria fueron allí a jugar y la verdad es que me dieron envidia sana y me picó el gusanillo. Ha dado la casualidad de que esta temporada va a ser corta, de tres meses, y no es lo mismo pedir una excedencia de tres meses o de todo el año. Tampoco iba a dejar el trabajo para ir allí un año o dos. Esto es diferente, es como pasar un verano. Dejo aquí el trabajo, la familia y a la novia, pero sólo son tres meses.

J.C. Además la temporada se acaba al pasar los tres meses, porque el frontón sólo se va a abrir para jugar 90 días. Tampoco podemos quedarnos más tiempo allí porque vamos sin visado de trabajo. Vamos con el visado de turistas y el máximo tiempo que podemos estar allí es justo lo que dura el torneo.

Van a ir para tres meses, parece poco, pero no van a parar. ¿Cuántos partidos van a jugar y de qué modo o sistema se disputarán los encuentros?

U.U. Es un poco raro para los que no estén familiarizados con el deporte y con el sistema de las quinielas americanas. Todas las quinielas que disputemos estarán dentro de la misma temporada, donde al final ganará el que más puntos tenga. La quiniela es a siete puntos y jugamos todos turnándonos, el que falla se va y entra otro. El primero que llegue a esos puntos gana y el segundo queda el siguiente que haya hecho más puntos. Así sucesivamente.

J.C. En total se jugarán unas 820 quinielas. Esto quiere decir que al día se jugarán alrededor de ocho o nueve. Nosotros jugaremos cinco o así al día. Son ocho parejas en total y nos vamos turnando y cambiando todo el rato. En las quinielas cada uno que logre el tanto va consiguiendo puntos para un ranking general. En el ranking habrá parejas, zagueros con delanteros, y al final, en la siguiente fase, se jugarán partidos a 30, como hacemos aquí.

¿Van únicamente a disfrutar de la experiencia?

U.U. Vamos a pasar muchísimo tiempo en el frontón. Por lo tanto, vamos a coger muchísima experiencia en la pista, vamos a aprender mucho. Luego ya si se puede volver con un poco más de dinero que con el que hemos ido, mejor que mejor.

J.C. Supongo que al día estaremos unas cuatro o cinco horas en el frontón jugando. Cada cinco días jugamos siete funciones por lo que algún día estaremos compitiendo por la mañana y por la tarde, esos días quizás sí que estemos ocho horas jugando.

¿Han hecho alguna preparación específica?

U.U. Cada tanto da un punto por lo que las quinielas son más explosivas que un partido estándar de aquí.

J.C. Eso es, aparte de que sea todo más rápido y más instantáneo, esto es más mental. En un partido normal te vas metiendo poco a poco, vas cogiendo confianza. Aquí hay que entrar confiado para ganar cuanto antes esos puntos porque si fallamos, nos ponemos a la cola hasta que pasen otra vez todas las parejas y entonces jugamos otra vez otro tanto. Si haces el tanto sigues en pista y si no tienes que esperar unos cinco minutos.

Parece que durante este lustro ha resurgido la cesta-punta. ¿Cómo lo ven desde dentro?

U.U. Es evidente que ha crecido. Lo echan por la televisión, los frontones se están llenando. Eso significa que afición hay. Yo creo que todo esto es porque se cerraron casi todos los frontones de América. Los puntistas buenos de aquí estaban allí, pero ahora han vuelto y se está notando.