Seis años han pasado desde que el 16 de noviembre 2017 echó a andar la Escuela del Silencio y 50 desde que José Cruz Igartua, inspirador y guía de esta iniciativa centrada en la meditación contemplativa, se ordenó sacerdote el 10 de junio de 1973. Esta circunstancia ha llevado a la Escuela de Silencio a organizar una misa en la parroquia de San Bartolomé de Elgoibar el sábado a las 11.00 para rendirle un homenaje. A su conclusión se celebrará una comida en el Txarriduna y los que quieran participar podrán hacerlo contactando con los miembros de la Escuela del Silencio o bien dando sus nombres en la sacristía.

Desde su puesta en marcha, la Escuela del Silencio ha ido consolidándose, y de 20 a 30 personas de distinta condición y edad se reúnen en el sótano de la Casa de Cultura dos veces al mes para meditar. Una de esas reuniones suele contar con la presencia de Igartua, que se desplaza a Elgoibar desde Madrid, donde reside, para dirigir unas sesiones centradas en una espiritualidad que va más allá de lo religioso, como señalan sus miembros. “La Escuela del Silencio centra su acción en la espiritualidad y el silencio porque es el mejor hábitat para la meditación contemplativa. Todo se basa en la libertad y el amor, y a nadie se le pregunta por qué ni para qué viene, y si lo deja por qué lo hace”.