La dura ascensión que deben superar los participantes en la Subida a Karakate volvió a dictar su ley y decidió que las victorias en las categorías masculina y femenina fueran para Aritz Unamuno y Ainhoa Lendinez, respectivamente, los más fuertes en la jornada de ayer.

La soleada mañana que se anunciaba se tradujo en una participación casi de récord. 101 corredores, de los que 91 eran hombres y 10 mujeres, tomaron la salida en la plaza Kalegoen para encarar los cerca de cuatro kilómetros y los 700 metros de desnivel entre Kalegoen y el vértice geodésico que corona la cima. Tras superar una primera fase de asfalto los participantes, afrontaron la dura subida a lo largo de la zona arbolada que les llevaría hasta la línea de meta.

Ainhoa Lendinez recorriendo los últimos metros del bosque.

Un año más, todos los participantes optaron por coger la ruta conocida como Soken bidea. Descubierta para esta carrera hace una década, se trata de una senda utilizada en el pasado como arrastradero de madera que acorta el recorrido pero que exige más a los corredores por su pronunciada pendiente. Pese a ello, ha pasado a convertirse casi en la ruta oficial, relegando al olvido la subida tradicional, que discurre en buena medida por una pista de montaña.

Mientras los corredores ponían a prueba sus fuerzas, el público que poblaba Karakate esperaba con expectación su salida del bosque. El primero en hacerlo fue el bergararra Aritz Unamuno. Jaleado por el público completó los metros finales en un agónico esfuerzo hasta la línea de llegada, parando el reloj en un tiempo de 27:51. El siguiente en hacerlo fue Iñigo Lariz, ganador en varias ocasiones de esta prueba. El elgoibartarra necesitó un tiempo de 28:36 para coronar la cima, tan solo cinco segundos menos que el soraluzetarra Iñaki Goenaga, que entró inmediatamente después.

A partir de aquí, el goteo de los corredores llegando a meta fue constante. Todos ellos fueron premiados por los aplausos de los muchos aficionados que no quisieron perderse esta cita. Los gritos arreciaron cuando se produjo la llegada de la primera mujer, la elgoibartarra Ainhoa Lendinez, que volvió a sumar una nueva victoria a su palmarés en esta carrera con un tiempo de 35:48. La segunda posición fue para la gasteiztarra Ania Hernández con un crono de 39:41, clasificándose en tercer lugar la corredora de Gernika Jone Oar-Arteta, que marcó un tiempo de 40:00.

Aritz Unamuno y Ainhoa Lendinez obtuvieron como premio una txapela, un queso de Mausitxa y una botella de sidra de Lizagasar. Iñigo Lariz y Lorea Bereziartua también recibieron sendas botellas de sidra y un queso por ser los primeros elgoibartarras en la llegada, al igual que Alex Bergua acreedor al premio al corredor que llegara con mejor cara a la línea de meta. Finalmente, este año se ha estrenado el premio para el corredor que más se acercara al doble del tiempo realizado por el ganador de la prueba sin pasarse, y la encargada de estrenar este curioso palmarés fue Elisa Chiroque (55:07), que recibió un par de bastones de montaña.

La clásica foto de grupo, con parte de los participantes en la prueba.

Un reto con tradición

Saber qué tiempo se necesita para subir desde la plaza de Kalegoen hasta Karakate ha sido un tema recurrente de discusiones en Elgoibar, así como motivo de más de una apuesta. De hecho, una discusión fue la que llevó a los miembros de Urgazi Triatloi Taldea a organizar una carrera para resolver de una vez por todas esa cuestión. Corría el año 1994 y once corredores respondieron al llamamiento. Aquella primera edición se saldó con la victoria del elgoibartarra José María Fernández Suso, ganador de seis ediciones más en los años posteriores. A partir de esa fecha la prueba no ha hecho más que crecer por el boom de las carreras urbanas y las de montaña, lo que ha servido de acicate a muchos corredores para ponerse a prueba en la exigente subida que organiza Morkaiko ME.