Cuando Alberto Ormaetxea se hizo cargo del primer equipo de la Real, el zumarragarra Delfín Moreno, Delfos, ya estaba ejerciendo de entrenador en el Urola. La segunda época gloriosa de la Real llegó con John Toshack en el banquillo. Delfos seguía entrenando al Urola. La Real de Imanol está causando sensación en Europa y Delfos ayuda a su hijo con los infantiles del Urola. Lleva 43 temporadas entrenando a distintos equipos del club de Urretxu y Zumarraga. Hace unas semanas le brindaron un merecido homenaje.

Antes de entrenador fue jugador, por supuesto. De hecho, formó parte de la primera plantilla del Urola, en la temporada 1971-72. Jugó una única temporada en el Urola. Después, militó en el Ilintxa y el Beasain. A mediados de los años 70 le ofrecieron entrenar a los juveniles del Urola y dio el sí. “Hacía lo que había visto hasta entonces. Poco a poco fui aprendiendo. En el Urola tuve buenos profesores. El mejor de todos, Juanjo Aldama. Después de los entrenamientos, todos los entrenadores íbamos al bar de la Maritxu y allí hablábamos del fútbol. Ni vídeos, ni ordenadores... el bar de la Maritxu. Sácanos otra ronda y sácanos otra ronda. A veces nos costaba salir de allí. El bar de la Maritxu fue nuestra universidad”, comenta.

Abajo, el primero por la izquierda, en su segunda etapa como entrenador del primer equipo. | FOTO: N.G.

De aquella época recuerda también a Jesús Mari Biain, Iñaki Aldalur y Martín Agirre. “A veces nos reuníamos en casa de Biain y María Luisa, su mujer, no nos dejaba salir de allí sin haber cenado. Más adelante aparecieron Ina Biain, Valentín Barrena, Fernando Madinabeitia... También he pasado muchas horas con Aitor Álvarez de Arkaia en el fútbol base y con Gabi Pérez en la escuela de fútbol”.

Como entrenador, siempre le ha dado más importancia a la técnica que a la táctica. “Sin técnica, la táctica no vale para nada. Puedo aprender muy bien los movimientos, pero si no controlo el balón... El control, la conducción y el pase son fundamentales. Siempre le he dado mucha importancia a saber utilizar el interior del pie. A los que no hacían los controles con el interior les echaba cada bronca... Pero enseguida les agarraba del hombro. Siempre he tenido buena relación con los jugadores”.

Recuerda a todos. “El mejor jugador que he conocido en el Urola es Juanjo Ruiz. Era rápido y metía muchos goles. Pero he entrenado a muchos buenos jugadores: Jesús Clemente, Mitxel Badiola, Miguel de Luz, Aitor Esnal, Xabier Jorge, Dani García, Mikel Balenziaga, Jon Manuel...”.

Ha vivido ascensos y descensos. “El primer año que entrené al primer equipo, descendimos. Fue duro. La directiva nos había reunido a Aldama, Jesús Mari Biain, Aldalur y a mí y nos dijo que uno de nosotros tenía que entrenar al primer equipo. Aldama ya lo había hecho, había sufrido mucho y lo había dejado. Al final, obligado, cogí el cargo. Teníamos buen equipo, pero descendimos. Dije que si la directiva no me echaba, la siguiente temporada trataría de conseguir el ascenso. Lo conseguimos. La siguiente temporada, decidí demostrar que servía para entrenar en esa categoría. Nos mantuvimos y decidí dejarlo. Querían que siguiera, pero la presión que tenía que soportar el entrenador del primer equipo era muy grande. Donde más he disfrutado es con los juveniles y con los niños”.

El jueves, con su hijo Aitor, Rafa Fernández de Lezea y los jugadores del equipo infantil. | FOTO: N.G.

Argixao

No en vano, hace 40 años el ambiente de Argixao era muy caliente. “La tribuna daba miedo. Te silbaban, te gritaban pidiéndote que quitaras a un jugador... Cuando iba al bar de la Maritxu, siempre la misma historia: quita a ese jugador. La siguiente semana volvía a jugar y cuando volvía al bar tenía que escuchar otra vez lo mismo: te dije que quitaras a ese jugador. Lo que había que aguantar... Hoy en día el ambiente es más frío. A los partidos van, sobre todo, los familiares y amigos de los jugadores”.

Por lo demás, ve muy bien al Urola. “El club ha crecido mucho y tiene muchos equipos. No es fácil mantener semejante estructura, pues hay poca gente dispuesta a echar una mano. Yo tuve cuatro delegados fantásticos: Ovidio Pascual, Vicente Corredera, Jesús Calvo y Luis de Arribas”. Comprometido y agradecido. Toda una vida en el club de su pueblo. El Alex Ferguson del Urola.