Quién le iba a decir al urretxuarra Iker Mujika cuando empezó a jugar a fútbol en el Urola que acabaría entrenando a unos chavales de una escuela de fútbol de Kenia... Pero así es. Le ofrecieron trabajar en la escuela de fútbol que el maratoniano Abel Kirui tiene en Kenia y ha ido allí para tres meses. Kirui fue campeón del mundo en dos ocasiones y en los Juegos Olímpicos de Londres logró la medalla de plata.

Mujka nació en Irun y cuando tenía 6 años su familia se trasladó a Urretxu. Se considera urretxuarra y fue en Urretxu donde se aficionó a jugar a fútbol. “El primer balón que tuve era de gomaespuma. Jugaba en casa. Los amigos jugábamos en la plaza Gernikako Arbola. Utilizábamos los arcos como portería”.

Iker Mujika junto con los hijos del atleta Kirui vestidos con la equipación de la Real, en Kenia

Iker Mujika junto con los hijos del atleta Kirui vestidos con la equipación de la Real, en Kenia N.G.

Mujka nació en Irun y cuando tenía 6 años su familia se trasladó a Urretxu. Se considera urretxuarra y fue en Urretxu donde se aficionó a jugar a fútbol. “El primer balón que tuve era de gomaespuma. Jugaba en casa. Los amigos jugábamos en la plaza Gernikako Arbola. Utilizábamos los arcos como portería”.

En cuanto alcanzó la edad necesaria, acudió a la escuela de fútbol del Urola de Urretxu y Zumarraga. Jugó en todas las categorías. Le llamaban Lukaku (jugador belga de origen congoleño), porque le gustaba mucho ese futbolista desde antes que se hiciera famoso y hablaba mucho de él.

Dejó el club de su pueblo hace dos años. “Jugué durante muchos años en el primer equipo, de delantero. Me estrené en el primer equipo cuando todavía era juvenil y lo dejé durante la pandemia. Fueron varios factores los que me llevaron a dejarlo: la situación, el trabajo, los estudios...”.

Tiene estudios relacionados con el deporte. “Hice el grado medio, el grado superior y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. También tengo el máster de Profesorado. Soy profesor de educación física”, explica.

Iker Mujika, con Kirui y con algunos de los chavales de su escuela de fútbol. 2 Un reportaje de Asier Zaldua

Siempre ha trabajado en actividades relacionadas con el deporte. “Tuve ocasión de trabajar en un gimnasio de Inglaterra y jugué a fútbol allí. Después trabajé en dos tiendas de deportes. Antes de venir a África he trabajado en Madrid, de profesor de educación física”.

La oportunida de trabajar en Kenia surgió de repente. “Ha sido a través de un amigo de Urretxu: Iñaki Etxaniz. Estos últimos años ha venido a Kenia y ha conocido a Abel Kirui. Este le dijo que necesitaba un entrenador para su escuela de fútbol. Iñaki me lo comentó a mí y no lo pensamos dos veces”.

Mujika y su pareja llevan unos pocos días en Kenia. “Vivimos en un pueblo llamado Iten. Aquí viven algunos de los mejores corredores del mundo, pues las condiciones para entrenar son muy buenas. El pueblo está a 2.400 metros. Llevan varios años desarrollando el turismo deportivo y fue así como Iñaki llegó aquí”.

Dice que el contraste es muy grande. “El choque ha sido grande. Aunque sepas lo que te vas a encontrar, todo te parece llamativo. Aquí viven con poco, pero son más felices que nosotros. La vida es simple. Son agricultores y ganaderos. De todos modos, el entorno, el clima, el trato con la gente... son parecidos a los de Euskal Herria. Así, aunque el contraste es grande, nos sentimos como en casa”.

En Kenia el deporte rey es el atletismo, pero a Kirui le gusta también el fútbol y ha decidido darles a los niños la oportunidad de aprender a practicar este deporte. “La escuela de fútbol está en Eldoret, una ciudad cercana a Iten. A la escuela vienen niños y jóvenes de entre 6 y 18 años. De momento son unos 80, divididos en cuatro grupos. Pero cada vez se está apuntando más gente. Somos un ayudante y yo los que nos encargamos de la escuela. El objetivo de Kirui es conseguir que sea la mejor academia de Kenia”.

Kirui haciendo toques con la camiseta del Urola, al lado Mikel Mujika N.G

Buenas cualidades

El urretxuarra considera que los niños keniatas tienen las cualidades necesarias para jugar al fútbol. “Quiero transmitir a los niños la pasión por el fútbol y el modo de trabajar. Con los recursos necesarios, creo que es posible que mejoren su nivel. De hecho, tienen más talento del esperado. La clave está en sacar a la luz ese talento. Tienen grandes cualidades físicas y llevan en las venas el fútbol de la calle, que es algo que desgraciadamente se está perdiendo. Tienen una buena base técnica, aunque juegan en malas condiciones: campos que no están en buen estado, falta de material... Les falta asimilar los conceptos tácticos. El atletismo sigue siendo el deporte más importante, pero el fútbol cada vez tiene más fuerza”.

Tal y como se puede ver en las fotografías, Mujika les ha llevado camisetas del Urola y de la Real. “Verles entrenar con camisetas del Urola es muy bonito. La tienda Kirolak de Gasteiz también me ha dado material: guantes, balones, camisetas de la Real... Quiero darles las gracias a los de Kirolak y a Jon Etxeberria, que se encarga de la ropa en el Urola”.