La fiesta del día de Santa Isabel en La Antigua suele tener un único enemigo. El que comparte con el resto de las fiestas que se celebran al aire libre: el mal tiempo. Pero al poderoso enemigo de toda la vida, este año se le ha unido otro no menos poderoso. Nada más y nada menos que un evento de prestigio mundial, organizado por una gran empresa. El acontecimiento deportivo más grande, de entre los que se organizan con carácter anual. El Tour de Francia. 31 años después, vuelve a salir de Euskal Herria y la etapa que pasa por Urola Garaia coincide con el día de Santa Isabel. Vaya por Dios... Los zumarragarras aficionados al ciclismo se encuentran ante el dilema de su vida: ¿disfrutar de la fiesta tal y como mandan los cánones, desde por la mañana hasta la noche, o abandonar la fiesta para ir a ver la carrera a Udana o Aztiria? ¿Ser fieles a la Amatxo de La Antigua o dejarla tirada para ir a ver a los ciclistas? ¿Quién se llevará a rueda a los zumarragarras, Van Aert o la Amatxo?

Juanjo Igarzabal Deba es un zumarragarra de pro y tiene el corazón partido, pero irá a ver la carrera. En su caso, está más que justificado. Seguro que la Amatxo se lo perdona. No en vano, Igarzabal es primo del ciclista ezkiotarra Alex Aranburu Deba y la etapa del domingo pasará muy cerca del caserío familiar de los Deba (Legorburu, en Aztiria).

El lunes, el equipo Movistar confirmó la presencia de Aranburu en el Tour y todos sus familiares y amigos se llevaron una gran alegría, por supuesto. “Estábamos nerviosos, pues no sabíamos si iría al Tour. Nos hemos llevado una gran alegría. Hemos estado preparando unas pancartas, para ponerlas en un prado, y ahora es cuando tendrá verdadero sentido que las pongamos”.

Los Deba son una familia muy numerosa: son ocho hermanos (eran nueve) y Rosi, la madre de Alex, es la más joven de las hermanas. Igarzabal calcula que el día de la carrera se juntaran en Aztiria más de 20 familiares. Junto al caserío tienen una cabaña que utilizan como sociedad. Está decorada con fotografías del Deba más ilustre, por supuesto.

Igarzabal está deseando ver pasar el Tour por delante del caserío familiar y animar a su primo, pero le da pena no poder disfrutar a tope del día de Santa Isabel. “La carrera pasa por Aztiria a una hora muy mala: a la hora de comer. Creo que iré a Aztiria en bicicleta y en cuanto pase la carrera volveré a Zumarraga”.

En principio, dejará la bicicleta en casa, cogerá el autobús para subir a La Antigua y verá el final de la etapa en el bar del centro de interpretación o en el móvil. “¡A ver si por la tarde tenemos algo que celebrar!”.

Juanan Mendizabal es otro zumarragarra de pro al que le encanta el ciclismo. “Hago spinning y el resto de los días, si puedo, salgo a andar en bici. Acabamos de estar de vacaciones en Almuñécar y allí también he salido todos los días a andar en bici”.

A las órdenes de la amatxo

Pero el 2 de julio tiene prohibido andar en bici. El día de Santa Isabel, como todos los años, seguirá la rueda de la Amatxo. La jefa de filas de los zumarragarras. “Me da mucha pena no poder ver el Tour, pero no tengo ninguna duda: el domingo estaré en La Antigua. Como todos los años, subiré a La Antigua con la comitiva municipal, veré la ezpata dantza, comeré con la cuadrilla y disfrutaré del día”.

Ni siquiera tiene previsto seguir la carrera por el teléfono móvil. “Estaremos de sobremesa y no vamos a empezar a hacer cosas de esas...”, concluye.