Un proceso artesanal, la receta de siempre, materia prima de gran calidad y muchos años de experiencia. Todo ello ha posibilitado que los exquisitos embutidos (morcilla de verdura, mondeju y buskantza) de Jesus Mari Deba sean valorados más allá de la comarca de Urola Garaia, obteniendo infinidad de reconocimientos. Hoy en día, con Jesus Mari ya jubilado, es su ama, la incansable Mila, quien lleva la batuta del negocio junto a sus hijos., asegurando el futuro de esta casa cuyo principal valor reside en el saber hacer.

Empecemos por el principio. ¿Cómo comenzó todo?

Todo empezó en la carnicería que regentaban mis padres, Jesus Mari Deba y Mila Elías, en Ormaiztegi, allá por los años 70. Abrieron un obrador, donde empezaron a elaborar sobre todo morcilla de verdura y fue tan buena la acogida que tuvieron, que a mediados de los 90 dieron el gran salto adquiriendo una nave en el polígono industrial Anduaga de Ezkio-Itsaso, donde se encuentra a día de hoy nuestro obrador.

Comenzaron sus padres con el negocio. ¿A día de hoy los dos están jubilados?

El aita se jubiló en el año 2016, pero la familia sigue al pie del cañón, trabajando cada día con mucho esfuerzo e ilusión. Trabajamos junto a mi ama, Mila, fundadora de la empresa y trabajadora incansable, mis hermanos Eider y Josu, además de Gorka, Ioritz, Matar y yo. 

Hablemos de sus reconocidas morcillas. ¿Qué tienen de especial?

Me gustaría poder decirte lo contrario, pero no hay mucho misterio. Nuestro secreto es seguir elaborando nuestras morcillas con la receta de siempre y utilizar siempre materia prima de primera calidad. Esta es nuestra principal preocupación y estamos orgullosos porque todo ello nos ha traído infinidad de premios, desde que empezamos hasta el día de hoy, lo cual distingue y avala la gran calidad de nuestro producto.

Y, ¿qué ingredientes lleva?

Cebolla, puerro, manteca, intestino natural de cerdo, orégano, cayena, sal y, por supuesto, sangre. 

La receta es la de siempre, pero, ¿y la tecnología?

Nosotros seguimos apostando por la elaboración artesanal, somos artesanos de los embutidos, pero en los últimos años hemos ido incorporando maquinaria moderna para agilizar y perfeccionar el proceso de elaboración. 

En cuanto a las tendencias de consumo, ¿cómo ven el futuro?

Nuestros productos se venden muy bien y estamos muy satisfechos. En cuanto al futuro, somos optimistas y no vemos razones para que las cosas cambien. Procuramos elaborar un producto sano, con ingredientes super cuidados y de km 0 en la medida de lo posible. 

¿Anteponen la calidad a la cantidad?

La calidad es nuestra principal preocupación, por encima de la cantidad. De hecho, esta apuesta por ofrecer productos de calidad nos obliga a limitar la cantidad de producción. Es por ello que no llegamos a tantos clientes nuevos como quisiéramos. 

¿Cuál es su principal preocupación a día de hoy?

En este momento, nuestra mayor lucha es lidiar con la subida de los precios de las materias primas. Es lo que más nos preocupa de cara al futuro de nuestro negocio.

Y, ¿cuál es su principal fortaleza?

Tenemos la gran suerte de tener una clientela fiel a nuestro producto. Vendemos nuestro producto en carnicerías de pueblo y también en supermercados como EROSKI. 

¿Qué supone trabajar con grandes superficies como EROSKI?

Llevamos ya varios años trabajando con EROSKI y para nosotros es un canal de distribución y exposición muy importante, debido al peso que tiene EROSKI en el mercado. 

“Al no contener aditivos ni conservantes, el nuestro es un producto perecedero, por lo que es importante que cada día se reponga en las tiendas”

Siendo el suyo un producto fresco, ¿cada cuánto realizan la distribución?

La distribución de nuestros productos a los establecimientos es diaria. Al no contener aditivos ni conservantes, el nuestro es un producto perecedero, por lo que es importante que cada día se reponga en las tiendas.