Errenteria – Los hermanos José Luis, Iñigo y Pablo Olañeta son la tercera generación familiar al frente de la centenaria Licorera Vasca. Han pasado más de diez años desde que decidieron adaptarse a los nuevos tiempos y comenzar a producir cerveza artesana, tras realizar una apuesta decidida por la investigación y la formación. Con la calidad por bandera, los más de quince premios internacionales avalan la calidad de la producción de la empresa guipuzcoana.

Tras una larga trayectoria elaborando licores y bebidas espirituosas, ¿por qué y cómo comienzan a producir cerveza artesana?

Siempre nos ha gustado elaborar productos con cariño y locales, seguimos con nuestro Patxaran Olañeta y allá por el 2010 detectamos que no se elaboraban cervezas artesanas en nuestro entorno, así que nos pusimos a ello con mucha ilusión. Vimos que existía esa cultura en otros países y pensamos que el “tsunami” también llegaría aquí.

¿Qué queda de la empresa familiar centenaria?, ¿qué han aprendido de sus antecesores?

Actualmente somos la tercera generación, tres hermanos; José Luis, Iñigo y Pablo. Nuestra hermana Begoña falleció hace ya tres años. Queda todo el cariño y el saber hacer que nos inculcaron desde pequeños. Tratamos de mantener la tradición aportando innovación a la metodología y a los productos. Y lo más importante: trabajo y trabajo.

¿Qué tipo de cervezas producen actualmente?

Actualmente elaboramos nueve cervezas con la marca Olañeta: cinco de ellas estilo tradicional, Lager Pils, Blonde Ale, Brown Ale, Golden Strong y Milkstout; y cuatro lupolizadas, que son IPA East Coast, IPA West Coast, APA y NEIPA. Nuestra característica fundamental es la elaboración siguiendo el método tradicional o Champenoise de segunda fermentación en botella o barril, es decir, sin añadir CO2 de manera artificial.

¿Qué materias primas utilizan?

Los cuatro ingredientes principales son agua del Añarbe, cebada alavesa malteada en Navarra, lúpulo de Gipuzkoa-Navarra y levadura. En la medida de nuestras posibilidades, siempre apostamos por las materias primas locales, al igual que con las cajas, etiquetas y suministros.

¿Considera que en Euskal Herria hay cultura por la cerveza artesana?

Por supuesto, desde hace ya unos años se elaboran grandes cervezas en nuestro territorio. En el año 2014 fuimos socios fundadores de la Euskal Garagardo Elkartea Basque Beer, de la cual formamos parte en la actualidad más de 15 firmas, y ya contamos con la marca colectiva Basque Beer, que certifica el origen de la elaboración de dichas cervezas.

Los últimos años ha habido un importante incremento en la producción de cervezas artesanas, ¿cómo está respondiendo el consumidor?

Los consumidores de cerveza, como en todos los, sectores valora lo cercano y, por supuesto, lo bueno, las dos condiciones son necesarias junto al precio. Si compramos patxaran, sidra, txakoli o Idiazabal, igualmente compramos Basque Beer.

¿Por qué es importante que Olañeta esté presente en los lineales de Eroski?

Entendemos que Olañeta y su método tradicional avalado por sus ya quince medallas internacionales es algo que inspira confianza a los consumidores. Si añadimos su historia centenaria y su apuesta por la marca colectiva Basque Beer, tenemos muchos factores positivos.

¿Cómo valoran la apuesta de Eroski por ofrecer cerveza artesana vasca?

Eroski ha apoyado nuestro sector desde el principio y desde aquí se lo agradecemos. Mantuvimos reuniones con ellos desde que creamos la EGE (Euskal Garagardo Elkartea Basque Beer). Al igual que hacen con otros sectores antes mencionados, Eroski apoya al producto cercano, de calidad, innovador y ahora, además, sostenible.