El urretxuarra Alberto Fernández trabaja en el servicio de limpieza viaria y es aficionado a la mineralogía y paleontología. Ha hecho diez dinosaurios con material que ha encontrado en la basura y estas diez maquetas han sido la sensación de la Semana Mineralogía y Paleontología de Urretxu. Qué no haría este joven si contase con los medios que tuvo Steven Spielberg a la hora de dirigir Parque Jurásico...

Cuando Fernández era niño, la Semana de Mineralogía y Paleontología de Urretxu se celebraba en el antiguo frontón Ederrena. Fernández vivía en la plaza Gernikako Arbola, justo al lado, y fue así como se aficionó a los minerales y los fósiles. “Me llamaban mucho la atención los colores de los minerales. Y pensar que los fósiles son restos de seres que han habitado en nuestro planeta... Fue así como empecé a coleccionar minerales y fósiles. También me gustan mucho los dinosaurios”, explica.

Es hábil en las manualidades, estudió dibujo y pintura con Félix Vaqueriza, y decidió hacer maquetas de dinosaurios. “A la Semana de Mineralogía y Paleontología se han solido traer dinosaurios, pero llevábamos años sin ellos. Como tenía ganas de practicar la escultura, decidí hacer unos dinosaurios”.

Dos horas al día

Ha pasado dos años trabajando en ellos. “He dedicado un par de horas al día a ello, después de salir del trabajo. Trabajo en el servicio de limpieza. Se genera mucha basura y he decidido reutilizarla. El 75% del material es reutilizado. Le dije a la chica que cuidaba la exposición que se lo dijera a los niños. Con el material que tiramos a la basura se pueden hacer muchas cosas. Yo he utilizado cartón, papel, alambre, poliespán...”.

Los diez dinosaurios son distintos. “Cada uno de un tipo. Conseguí la información de Internet. Cuando tenía alguna duda, lo consultaba con Javier Aguado (fundador de la Semana). A él también le han gustado los dinosaurios. Hace un gran trabajo y yo quería aportar mi granito de arena”.

A los visitantes les han encantado los dinosaurios. “No me gusta el protagonismo y me he visto un poco superado. A la gente le han gustado mucho. Algunos creían que eran de plástico, fabricados con máquinas. Les parecía increíble que fueran hechos a mano. Y los niños se han sacado muchas fotos con ellos. Algunos saben mucho sobre el tema”, concluye.