Nacido en 1957 en la localidad leonesa de Villamandos de la Vega, José Mariano Cadenas apenas contaba con 23 años de edad cuando empezó a trabajar para la empresa elgoibartarra Estarta y Ecenarro SA, conocida por su larga trayectoria en la fabricación de máquinas de coser de la marca Sigma.

Cadenas trabajó en la compañía guipuzcoana durante quince años, “hasta febrero de 1995, es decir, hasta pocos meses antes del cierre de Sigma, que se produjo en agosto de ese mismo año”. A lo largo de esos tres lustros, estuvo al frente “siempre en el apartado comercial” de varias delegaciones de la empresa, como las que tenía en León, Tarragona, Jaén u Oviedo. También estuvo trabajando en la sede central de Elgoibar “pero solo tres meses”.

Delineantes trabajando en el interior de Sigma.

En cualquier caso, el paso por la empresa elgoibartarra marcó profundamente a José Mariano Cadenas puesto que, señala, “fue la compañía en la que me formé y crecí profesionalmente”. Tan hondo caló Sigma en su vida que ha escrito una novela con la que pretende “rendir un homenaje a una empresa adelantada a su tiempo que nos formó y nos facilitó los medios técnicos y humanos para crecer profesionalmente”.

La presentación

Titulada Elgoibar, fin de trayecto, la segunda novela de Cadenas (antes publicó Horizonte de ingenuidad) se presentará a las 19.00 horas de esta tarde en la casa de cultura de Elgoibar (el acto está abierto a todas las personas interesadas).

El libro recoge “dos historias que se mezclan”. Según adelanta el propio autor, “una voz en off describe el progresivo deterioro financiero y laboral de la compañía; y de forma paralela se cuenta la historia del personaje, que es autobiográfica, en la que se plasma el proceso que arrancó con una ilusionante formación profesional pero que se fue apagando”.

A pesar de las dificultades que le tocó vivir al final de su etapa laboral en la firma de Elgoibar, José Mariano Cadenas guarda “un poso positivo” de su paso pro Sigma; una empresa de la que destaca “el rasgo de humanidad y compañerismo que se respiraba hasta prácticamente el final”.