David Agirre empezó en el arte de juntar palabras “poco a poco”, hasta que se dio cuenta de que era capaz de “unir ideas, conceptos, intereses, sentimientos y experiencias”, plasmándolos, en este caso, “en una propuesta literaria novedosa y creo que diferente”, expone sobre el alumbramiento de su tercer libro (anteriormente ha publicado dos novelas). “Siempre me ha gustado escribir”, asevera este aretxabaletarra que ha centrado su nuevo trabajo en el Camino Ignaciano, en el año en que se cumplen 500 de la peregrinación que realizó San Ignacio de Loyola desde su pueblo natal, Azpeitia, hasta la ciudad catalana de Manresa. Agirre propone un peregrinaje propio hacia sí mismo, hacia lo más profundo del alma; un camino repleto de vivencias, retos, aprendizajes y objetivos hasta alcanzar la meta: la felicidad.

“Guía del Camino Ignaciano. Un camino por la justicia social”. ¿Qué le ha empujado a escribir este libro?

Conocía tanto el Camino Ignaciano como la obra de San Ignacio, y decidí unir los dos conceptos en un libro con un enfoque laico y lúdico. Quiero proponer experiencias para vivir de otra manera una peregrinación; un Camino.

¿Qué le ofrece a la persona que se enfrasque en sus páginas?

Una propuesta diferente para realizar el Camino, uniendo naturaleza con espiritualidad. En este sentido, planteo una serie de sencillas experiencias en cada etapa del Camino y añado seis jornadas de descanso y reflexión. En general, se puede decir que se trata de una propuesta innovadora que fusiona deporte, cultura, espiritualidad y, sobre todo, una forma de indagar en nuestro interior para alcanzar la felicidad.

Hace 500 años San Ignacio de Loyola realizó el camino en 27 etapas; 650 kilómetros entre Azpeitia y Manresa. En su libro, como acaba de indicar, se añaden seis etapas más. ¿Qué plantea en ellas?

En estas seis jornadas propongo distintas experiencias que nos sirven para reflexionar sobre los grandes valores ignacianos y sobre la vida diaria, que intento exponer siguiendo el patrón de la humildad y la ayuda a los demás. Por ejemplo, en Arantzazu sugiero una jornada de descanso y una serie de experiencias para sumergirnos en su esencia que, al mismo tiempo, nos servirá de guía durante el Camino.

Desde sus vivencias, ¿qué significado tiene el Camino Ignaciano?

Es una experiencia para tratar de entender la filosofía ignaciana y acercarla a la sociedad actual de un modo sencillo, realizando un Camino y reflexionando sobre diversos aspectos de la vida. Sin duda, algunas de las ideas y necesidades de hace 500 años están en estos momentos vigentes. He intentado enfocar esta experiencia de una forma simple en el relato que hilvano en este libro. La publicación, en su totalidad, consta de 180 páginas, fáciles de leer y sin estridencias místicas.

¿Cuál ha sido su fuente de inspiración a la hora de dar forma a este trabajo?

El Camino Ignaciano y la obra de San Ignacio de Loyola son las principales fuentes de inspiración de este libro, junto con otros aspectos relacionados con mis experiencias vitales. Trato de estructurar un discurso atractivo y ágil para llenar el vacío existente en el conocimiento de la figura de San Ignacio y del Camino Ignaciano.

Lleva ya unos meses de rodaje, ¿qué acogida está teniendo? ¿qué impresiones le han trasladado?

Me han agradecido el enfoque innovador que supone la unión de la naturaleza con las necesidades humanas y sociales. Es un libro dirigido tanto al caminante que va a realizar el Camino como a las personas que están interesadas en experiencias novedosas.

¿Dónde se puede comprar?

Se puede adquirir online, en librerías, y en Aretxabaleta en el quiosco de la calle Durana.

¿Tiene algún proyecto nuevo en mente?

Estoy analizando diferentes conceptos con base en mis intereses, pero aún me encuentro en la fase de documentación. Creo que he iniciado una línea de publicación que me gustaría seguir abordando.