ras dos años de descanso obligado regresan a los escenarios. El grupo de teatro Ikusi Makusi de la asociación de jubilados y pensionistas Pake Leku de Oñati cuenta las horas para subirse a las tablas de Santa Ana antzokia con su espectáculo De vecinos como estos, líbranos señor. La cita tendrá lugar mañana en una sesión dirigida a los socios y socias del hogar (17.30 horas; gratis), y ocho días más tarde -el 2 de julio- actuarán para el público en general (19.00 horas; cinco euros).

Afrontan el regreso con "muchísimas ganas", asegura la directora Asun Arzuaga, que firma el guion de la obra que llevarán a escena. Un montaje que han rescatado del repertorio de esta compañía amateur que empezó su andadura en 2005, pero con una versión renovada. "Le hemos hecho algunos cambios al espectáculo que representamos hace once años", detalla Arzuaga antes de comenzar el ensayo.

Una comunidad de vecinos, cada cual más peculiar, se reúne para elegir a la nueva portera del edificio. Una pitonisa, una apasionada de los gatos..., cada personaje deja al descubierto sus locuras en un disparatado encuentro, repleto de aventuras y desventuras, idas y venidas. Y como hilo conductor de la trama: el buen humor; la seña de identidad de Ikusi Makusi. "Se trata de hacer reír y divertir al público", insiste Arzuaga sobre el leitmotiv que mueve a este grupo que atesora 17 años de trayectoria a sus espaldas.

Diez integrantes forman parte de este elenco de nueve actrices y un actor aficionados. Tienen entre 64 años las más joven, y 91 la de mayor edad. Arzuaga, que también actúa, Rosi Lucas, Tere Zubia y Ana Mari Chacón son las más veteranas. Llevan desde el principio. Las nuevas incorporaciones, sin embargo, han dado un empujón a Ikusi Makusi. Muchas tuvieron su puesta de largo durante las últimas representaciones, a finales de 2019. Adela Korkostegi, Arrate Kortabarria, Beatriz Irizar, Belén Arregi, José Ramos y la aretxabaletarra Arantza Bengoa completan el reparto de esta compañía oñatiarra, que entre bastidores cuenta con un involucrado equipo humano.

Durante estos días ultiman los preparativos para la vuelta a los escenarios. Reconocen que después del forzoso parón provocado por la pandemia ha costado "coger el ritmo". "Se notan cada vez más los años, pero la ilusión se mantiene igual", manifiesta Tere Zubia, mientras esboza una sonrisa.

Entienden esta actividad como un modo de terapia para seguir activo y ejercitar la memoria. Una oportunidad, al mismo tiempo, de pasarlo bien y crear amistades. "Hacer teatro nos da vidilla", afirman.

No ocultan los habituales nervios que afloran antes de pisar las tablas. Aunque por encima de todo están las ganas de entretener y hacer reír al público. En eso son un grupo experto. En arrancar carcajadas. l