- Tras los dos años de paréntesis provocados por la pandemia, había ganas de Beitia. Había ganas de disfrutar de los montes de Urretxu y Zumarraga en compañía. Había ganas de disfrutar del avituallamiento de Aizpurutxo. Así, la marcha Beitia batió el domingo su récord de participación: se inscribieron 1.180 personas y cerca de 900 sellaron su tarjeta en meta.

Cabe destacar también que participaron más mujeres que nunca: 437, el 37,3% de los participantes. En cuanto al origen de los mismos, más de la mitad eran de Urretxu y Zumarraga. Llama la atención el elevado número de azkoitiarras: 154. Y, como anécdota, se ha duplicado el número de granadinos: en 2019 fueron dos y el domingo fueron cuatro.

Un montañero de 82 años consiguió acabar la marcha (31,5 kilómetros y un desnivel de 1.700 metros) y una joven que perdió su tarjeta de sellado pidió en los controles que le pusieran los sellos en el antebrazo.

Los organizadores tenían miedo de que las altas temperaturas hicieran estragos, pero apenas hubo incidencias. Mientrs en el casco urbano el calor era sofocante, en Izazpi, Pagotxoeta, Samiño, Oñamendi, Oleta, Elosua, Trekutz, Irimo... el aire era algo más fresco.

El primero en completar el recorrido tardó tres horas y media, pero la mayoría tardó entre 7 y 8 horas.

Todos los montañeros participaron en el sorteo de material de montaña y una estancia en una casa rural y se repartieron 1.200 pintxos morunos, cientos de litros de líquidos, caldo y chorizo. Todo ello gracias al trabajo desinteresado de los voluntarios. Ellos y el espíritu de Iñaki Beitia son los que hacen tan especial esta marcha montañera.