- No se parte de cero. Las experiencias participativas que en los últimos años se han impulsado desde el Ayuntamiento de Oñati, con la creación en 2015, además, de un departamento propio, han permitido sentar una base sólida para colocar en el centro de las políticas locales la participación ciudadana. Esta apuesta sigue dotándose de músculo con la ordenanza municipal que el Gobierno y oposición respaldaron por unanimidad en el último Pleno.

"Esta norma tiene como objetivo definir los instrumentos y estructuras vinculadas al derecho a la información, transparencia y comunicación entre el Consistorio y la ciudadanía, así como los medios, mecanismos y procedimientos para regular la participación. Se trata, en definitiva, de proporcionar una base normativa al modelo de gobernanza centrado en la ciudadanía", explicó la alcaldesa, Izaro Elorza.

La primera edil oñatiarra detalló que tres son las columnas vertebrales de la ordenanza: la participación ciudadana, fomentar la colaboración público-social y la apertura institucional. Una de sus características principales, a su vez, es la integración de la perspectiva de género en los diversos apartados para "promover, proteger y asegurar la participación de las mujeres", recalcó Elorza.

La elaboración de esta norma ha sido un proceso "largo, pero sobre todo enriquecedor; de aprendizaje continuo", admitió la concejala de esta área, Anik Zubizarreta. Prioridad al interés común, accesibilidad universal, protección de datos personales, diversidad, no discriminación, interseccionalidad e inclusividad son otros de los fundamentos sobre los que se apoya la nueva ordenanza.

Tras su aprobación de forma inicial, ahora se abrirá un periodo de 30 días hábiles para que puedan presentarse alegaciones, antes de darle el visto bueno definitivo al texto. Este puede consultarse en www.oñati.eus.

Por su parte, el PNV destacó que ha trabajado "desde el principio en favor" del nuevo reglamento que, según señaló, permite a "la ciudadanía oñatiarra disponer de una herramienta óptima para poder participar activamente en las políticas públicas". No obstante, consideró que "el verdadero reto es socializar la normativa y ponerla en marcha; es decir, darla a conocer y compartirla para que las y los oñatiarras la utilicen".