“Las puertas están siempre abiertas”. Ese es el espíritu de Donosti Berri, resumido por su actual presidente, Iñaki Goñi. Así fue en sus inicios, así ha sido y así seguirá siendo en esta sociedad que en 2022 cumple sus 100 años de vida. Lo hace vinculada a Amara, ya que el barrio y la sociedad nacieron y crecieron prácticamente de la mano.

Donosti Berri está situada en Osasun Iturria kalea, que recibe su nombre de una fuente que estuvo situada en Amara hasta 1905 y “a la que la gente venía a por agua”. “Decían que era buena para la salud”, comenta Iñaki Goñi. Unos años después, en 1922, surgió Donosti Berri. Cuando tiraron las murallas de la ciudad, uno de los primeros barrios que se construyó fue Amara, así que era la parte nueva de la ciudad. De ahí el nombre de Donosti Berri que se le dio a la sociedad. Siempre ha estado ligada al barrio, fue la primera sociedad que se creó en Amara”, explica Iñaki.

En Donosti Berri siempre se han esforzado por aglutinar la actividad social del barrio. Desde ayudar a la creación de la guardería de Landetxe e impulsar ya en los años 60 la gau eskola para aprender euskera, hasta organizar las fiestas del barrio. “La sociedad empezó a organizar las fiestas de San Juan, luego hubo un parón y Donosti Berri comenzó a coger fuerza otra vez en los años 60 a la vez que resurgía el movimiento del euskera, de las ikastolas, y la juventud empieza a despertar. Aquí pasa lo mismo. La sociedad cogió fuerzas renovadas y comenzó a organizar las fiestas de San Ignacio”, cuenta el presidente de la sociedad amaratarra.

fiestas populares

Unas fiestas que, durante años, “tuvieron mucha fuerza”. “Eran casi las mejores de Donostia”, cuenta con orgullo Iñaki Goñi: “A finales de los 70 y principios de los 80 llegamos a tener un presupuesto de casi tres millones de pesetas (18.000 euros). Durante cuatro o cinco días todo el rato había algo: encierros, verbena, charanga, comida popular... tranquilamente nos juntábamos 500 o 600 personas. Durante años hicimos también el campeonato interpueblos de deporte rural. De cada pueblo venía un aizkolari, un harrijasotzaile y un korrikalari”.

Donosti Berri continúa organizando las fiestas, aunque el nivel ha ido “poco a poco bajando porque ha disminuido también el presupuesto”. En su momento Donosti Berri organizaba “conciertos y exposiciones de pintura”, entre otras actividades sociales, y contaba con una tamborrada en la que se reflejaba ese espíritu abierto de la sociedad: “Es la primera en la que las mujeres salieron tocando el tambor”. Y la entrada de las mujeres en la sociedad se percibió con naturalidad ya desde los años 60, antes de que fuera habitual ya en la mayoría de sociedades de Donostia.

El ambiente ahora “no es el mismo”, reconoce Iñaki: “Esto estaba lleno de niños en los 80 y 90, había mucha más vida que ahora. Una cosa que ocurre es que es un barrio que ya no crece, la gente participa en la sociedad cuando es joven pero luego igual cambia de barrio y se va a otros barrios o a otro pueblo. Siempre hay gente que queda, pero muchas veces es un sitio de paso. Pero aquí seguimos”.

En los últimos años, Donosti Berri ha estado muy vinculada al ciclismo: “Se creó hace 30 años, es un equipo ciclista de base, hasta juveniles. Tiene mucha tradición en el barrio”. En la propia sociedad hay un local que estaba destinado a guardar el material ciclista, pero ahora lo guardan en el velódromo Antonio Elorza, situado en Anoeta, y los socios están aprovechando esa zona vacía para habilitar un espacio para los niños y niñas y dar así un ambiente familiar a la sociedad.

actividades

Con motivo del centenario, Donosti Berri tiene ya en mente un buen número de actividades y conseguir así que 2022 sea un año especial. Habrá competiciones deportivas, una exposición con pintores del barrio, una exhibición de bertsolaris, salidas al monte o campeonatos de baile, entre otras. Habrá también una comida popular el 30 de abril -la sociedad cumple los 100 años el 1 de mayo- y una exposición de fotos antiguas en la estación de tren. Además, el historiador Iñaki Egaña está escribiendo un libro sobre estos 100 años de historia: “Es un libro no solo de Donosti Berri, sino de todo el barrio porque la sociedad no se puede desvincular de Amara”.