- Ayer tuvo lugar en la plaza de San Marcial un homenaje a la última corporación de Altza, que resultó represaliada por la dictadura de Franco y que fue, recordó el alcalde de Donostia, Eneko Goia, "la última corporación democrática de Altza" como municipio, constituida en 1931 durante la II República.

El protagonismo de este sentido tributo recayó en los familiares de los concejales y el alcalde del antiguo municipio, que acudieron a la Tenencia de Alcaldía de Altza dos días antes de que se cumpla el aniversario de la entrada de las tropas sublevadas a Donostia. De este modo, el Consistorio donostiarra dio respuesta a una demanda formulada por el Distrito Este y cumple, apunto Goia, "con una asignatura pendiente".

El acto resultó muy sentido, con los familiares de los represaliados en primera fila secundados por una nutrida representación de la corporación donostiarra y vecinos del barrio.

Allí estaban los descendientes de Celestino Atorrasagasti, Pedro Ayesta, Gaspar Cardona, José Casares, Juan Iriarte, José Iruretagoyena, José Juanes, Pablo Landa, Ricardo Tejada, Felipe Zurutuza, José Manuel Beretarbide y José Manuel Sasiain que en la parte final del acto, y antes de entrar en la Tenencia de Alcaldía para disfrutar de un adelanto del documental realizado para la ocasión, recogieron un diploma de recuerdo.

La Banda Municipal de Txistularis fue la encargada de poner la banda sonora a un acto necesario, que ha sido posible gracias al impulso de Altzako Historia Mintegia y el Distrito Este.

"Este acto es un acto de reconocimiento tanto del Ayuntamiento como del pueblo altzatarra a la última corporación electa de Altza y a la labor desarrollada por los caminos de la libertad en pro del bien común de sus vecinas y vecinos", subrayó Goia, que con el descendiente del que fue último alcalde electo, Pedro Ayesta, destapó una placa de recuerdo en memoria de los 12 miembros de la corporación del municipio que en 1940 pasó a integrar Donostia.

En palabras de Goia el acto de ayer, en cierta medida "y más tarde de lo deseado", sirve para "saldar una gran deuda" con aquella corporación cuyos miembros sufrieron duramente la represión franquista, siendo represaliados, encarcelados y, en algunos casos, asesinados.

"Resulta impresionante ver que la última sesión de la corporación tuvo lugar el 17 de julio de 1936, la víspera del 18 de julio. En el acta, que se guarda en el archivo de Donostia, se comprueba que se trataron temas ordinarios, del bienestar de los habitantes de los distintos barrios de Altza. Probablemente no eran conscientes de lo que iba a pasar un día después", evocó Goia, que recordó que la siguiente sesión fue el 13 de septiembre, "con una corporación que ya no fue democrática".

La escritora Mariasun Landa, nieta del que fue teniente de alcalde en Altza, Pablo Landa, recordó no sin emoción que su familia nunca recuperó los restos de su abuelo asesinado. "Muchos dicen que actos como este solo sirven para remover aguas turbias, pero no es así. Esto no ha acabado, es muy duro para la familia no saber dónde está nuestro abuelo. Todos esos casos no se pueden cerrar, se tiene que seguir investigando para que se les haga justicia aunque sea tardía", destacó.

"En aquella corporación todos eran hombres, pero es difícil saber cuánto sufrimiento había detrás, las mujeres, las familias... No puedo olvidar lo que sufrió mi amona Jacinta desde que mataron a mi abuelo, la represión, los registros, la confiscación, el miedo", evocó Landa que se congratuló por el hecho de que a sus descendientes nos les transmitieron "ni un ápice de odio ni afán de venganza".

"Este acto nos ha dado alegría y tranquilidad. Tenemos que reivindicar que se realicen en todos los sitios que haga falta", subrayó Landa.

"Hoy, cuando el mundo recuerda las Torres Gemelas o la Diada, celebramos algo muy íntimo, muy querido: el reconocimiento a aquella corporación. Quiero agradecerlo muy especialmente a Altzako Historia Mintegia", concluyó Landa.

Aunque no se ha llegado a tiempo, este homenaje se complementa con un vídeo-documental que se está elaborando en la actualidad, del que ayer se mostró un breve adelanto.

En el mismo recogen imágenes y se da fe de distintos acontecimientos de la época que permitirán comprender la situación y el momento en el que se constituyó la última corporación de Altza, elegida en 1931.

Otra forma de rendir homenaje a la memoria del antiguo municipio ha sido restaurar los muebles que fueron utilizados por la corporación, tras permanecer almacenados durante mucho tiempo, respondiendo también a una solicitud formulada por el Distrito Este.

En total se destinaron 17.000 euros a sanear ocho sillones de madera y otro triple, que era el destinado al alcalde y a los dos tenientes de alcalde.

Además, también se ha conservado la mesa semicircular del secretario municipal además de un armario tallado, que de momento se hallan en la Tenencia de Alcaldía de Altza, donde también se encuentran otros muebles, como dos antiguas sillas profusamente decoradas, una de ellas rematada con cabezas de carnero y la otra jalonada de elementos geométricos.