No hay fiestas, ni no fiestas. Que quede claro. El alcalde de Donostia, Eneko Goia, se mostraba molesto al ser interpelado sobre el tema en la presentación del mirador de San Bartolomé. “No entiendo que se me pregunte una y otra vez sobre dispositivos especiales. Me siento estúpido volviendo a responder. No sé cuántas veces me lo habéis preguntado y siempre contesto lo mismo: no hay Semana Grande y el dispositivo que existe ya existe para los fines de semana. Todos los que tenemos los destinamos a los momentos en los que son necesarios”.

El mensaje, a modo de mantra, lleva repitiéndose desde hace tiempo desde el Ayuntamiento. Lo subrayaba recientemente a este periódico el concejal de Cultura y Fiestas, Jon Insausti. “No hay que hablar de fiestas ni de no fiestas. En Donostia este verano habrá un programa cultural con todas las medidas de prevención anticovid garantizadas”.

Pese a todo, en una entrevista realizada ante los micrófonos de Onda Cero Euskadi, Goia reconoció que siente “cierta preocupación” ante lo que vaya a suceder en los próximos días y aseguró que tanto la Guardia Municipal como la Er-tzaintza estarán “especialmente vigilantes”.

Es verano, el segundo desde la irrupción del covid, y jóvenes y menos jóvenes evidencian ya una mezcla de hartazgo por la situación y ganas por recuperar, aunque sea de forma mas limitada, el ritmo de vida prepandemia.

Este fin de semana, en el que como hace ya dos años se debería de haber dado inicio a la Semana Grande “no debería ser un fin de semana diferente a los que hemos vivido porque lo que debieran ser fiestas es algo que aparecerá en un calendario, pero desde el punto de vista de la programación no hay motivo por el que el 14 y el 15 sean diferentes del 21 y el 22 o del fin de semana anterior”.

Goia también desligó este mensaje de preocupación y llamamiento a la responsabilidad con la culpabilización hacia la población más joven. “Estamos generalizando de una forma inapropiada y hay comportamientos para todos los gustos en todos los tramos de edad”.

Sea como fuere, es de vital importancia que tanto jóvenes como adultos respondan de forma solidaria ante una situación compleja.

Es verano, hay ganas de salir, de reencontrarse. Pero también es el momento y así lo subrayan desde las distintas administraciones, de proceder guiados por la paciencia, la precaución y la responsabilidad.

Para aligerar en cierto modo el peso de un segundo verano sin fiestas en una ciudad que muestra un aspecto muy animado, el Ayuntamiento donostiarra ha diseñado una programación cultural bautizada con el nombre de Abuztua Donostia, que incluye un total de 183 actividades en distintos puntos de la ciudad.

Desde el reciente ferial del Paseo Nuevo, con control de aforos y sin propuesta gastronómica, a las propuestas musicales en distintos barrios de la ciudad, el menú es a la par completo y sosegado.

Y en este menú y esta ciudad, no se puede obviar los concursos gastronómicos. El primero, dirigido a los cocineros más jóvenes, se celebró el pasado fin de semana. El próximo viernes, día 19 las terrazas del Kursaal acogerán el veterano concurso de marmitako y como remate, casi despedida del mes, en el barrio del Antiguo tendrá lugar el concurso de merluza en salsa verde, en a calle Simona de Lajust.

Todas las actividades, covid obliga, contarán con aforo controlado y en algunos casos se exigirá la inscripción previa.

Por delante queda una semana que será de complicada gestión pero de la que depende que los datos de Donostia y la situación sanitaria de su población, no salgan dañados.