- La comisión de control de la contratación del Ayuntamiento de Donostia, una mesa que analiza la corrección de todos y cada uno de los contratos en vigor a lo largo de cada año, ha revelado un notable aumento de las “ilegalidades” relacionadas con los acuerdos económicos que tiene firmados el Ayuntamiento o suscribe por primera vez con distintas empresas para obtener distintos servicios u obras.

La memoria de la comisión de control en la contratación, que será hoy objeto de información en la Junta de Gobierno local, fue aprobada por unanimidad hace quince días por los grupos políticos municipales y da cuenta de más de 50 irregularidades detectadas, muchas de ellas motivadas por la firma de los contratos “a posteriori”, es decir, después de que ya haya comenzado el servicio o haya empezado una obra o sus prórrogas. Las distintas normas que se fueron implantando el pasado año con motivo del covid hicieron retrasar los trámites, en algunos casos, y motivaron demoras irregulares, según explicaron fuentes municipales, que calificaron de “pecados veniales” las ilegalidades halladas, aunque destacaron la necesidad de evitarlas. Asimismo, aseguraron que entre todas las infracciones reseñadas por los especialistas en contratación no hay ninguna de gran calado, como adjudicaciones “a dedo”.

A largo del año 2018, por ejemplo, el número de incorrecciones relacionadas con los contratos municipales fue de una veintena. Ello supone que dos años después, en 2020, la cifra aumentó un 150%.

Las distintas obras encargadas por el Consistorio conforman uno de los grupos en los que se han detectado situaciones fuera de lugar. Por ejemplo, el aumento de precio de las obras de saneamiento de Igara “sin seguir el correspondiente procedimiento”; la modificación del contrato de la decoración del puente de María Cristina “sin trámite de audiencia al redactor del proyecto y ampliación del plazo no justificada”; la modificación del contrato para el edificio de apartamentos para mayores en Mons “una vez finalizado el plazo de ejecución”, así como la aprobación de la modificación del contrato de rehabilitación de la casa del faro de la isla, para ubicar en él la escultura de Cristina Iglesias, una vez iniciados los cambios previstos.

Otras irregularidades del pasado año están relacionadas con la cuantía económica de los contratos. Por ejemplo, la memoria cita como ilegal el contrato de alquiler de los módulos prefabricados para el haurtxoko y el gazteleku de Amara por “superación del límite de contrato menor”. Asimismo, hay varios contratos de servicios relacionados con asuntos sociales que han aprobado a posteriori de que comenzase a dar el servicio. En estos casos, la tramitación no llegó a tiempo y el servicio (por ejemplo, intervención precoz a la desprotección infantil) hubiera quedado desatendido. Lo mismo hubiera pasado con distintos cursillos deportivos, cuyo expedientes se aprobaron “a posteriori”.

El análisis realizado por los servicios internos del Ayuntamiento, que se reunieron el pasado año cuatro veces para analizar las circunstancias de todas las contrataciones, destaca también que a lo largo del pasado año se formalizaron 68 nuevos contratos, de los cuales, 39 correspondieron al propio Ayuntamiento; nueve, a Dbus; siete, a Fomento de San Sebastián; seis a la empresa informática municipal Donostiatik; tres, a Donostia Kirola; otros tres a Donostia Kultura y uno, a San Sebastián Turismo.

La mayor parte de las nuevas contrataciones fueron destinadas a la obtención de servicios (25). Asimismo, hubo doce de suministros y once, de obras.

Por otra parte, las modificaciones de los contratos en vigor de años anteriores también ascendieron a 68. En este caso, la gran mayoría (55) fueron modificaciones en distintos servicios. Estos cambios se llevan a cabo, por ejemplo, cuando una empresa se ocupa de una tarea, a la que se añade más trabajo o menos. Por ejemplo, si nace un nuevo barrio o zona de viviendas, la empresa de limpieza debe también hacerse cargo de ella y el contrato aumenta.

El comienzo de distintas obras antes de que se termine la tramitación administrativa es uno de los errores más repetidos