- El libro de Mikel Insausti se lee fácil y tiene ritmo, con capítulos cortos. Además de la crónica viajera, hay muchas pinceladas históricas que sirven para conocer un poco la convulsa historia de esos países y poder entender mejor su realidad actual.

¿Por qué se decidió a llevar a cabo sus viajes por Centroamérica y Sudamérica?

-Yo distinguiría dos etapas, por un lado Sudamérica y por otro la de Centroamérica. A Centroamérica viajé muy joven y el libro narra dos visitas largas que hice a principios de los años 90. El viaje nace de la inquietud que yo tenía por esa parte del mundo: Centroamérica estaba inmersa en guerras civiles muy cruentas en El Salvador, Guatemala... y siempre había tenido mucho interés por tener información de primera mano. El primer viaje lo hice con una brigada internacionalista y luego me quedé unos meses más hasta que me expulsaron del país por participar en una manifestación en contra de la ayuda militar norteamericana a El Salvador. Al año siguiente decidí regresar a Guatemala para participar en un retorno seguro de refugiados que estaban en Chiapas (México). Aproveché también para visitar El Salvador y estar presente en la firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las guerrillas. Fue una época muy intensa, al término de la Guerra Fría, cuando acababa de desaparecer la URSS y todo el mapa político en Centroamérica estaba cambiando. Fue muy interesante vivir aquellos años y trabajar de cooperante con varias comunidades.

¿Cuándo comenzó la etapa de Sudamérica?

-A principios de los años 2000, me fui a trabajar a Sudamérica, a Brasil y luego a Paraguay. A raíz de llevar allí unos años decidí dejar el trabajo y embarcarme en un viaje para conocer todas las comunidades del continente. Quería conocer la realidad más remota de Sudamérica. Hice un viaje de ocho meses por varios países: Brasil, Argentina, Chile, Bolivia y Paraguay. Quería conocer la realidad social y medioambiental, porque trabajo desde hace muchos años en temas de medio ambiente y tenía mucho interés por conocer cómo conservaban las comunidades de allí la naturaleza.

¿Cómo surgió la idea de plasmar sus vivencias en un libro?

-En mis viajes siempre llevaba mi cuaderno y tomaba muchas notas de todo lo que iba conociendo y de la gente que me iba encontrando. Además, durante el viaje a Sudamérica me abrí un blog, en aquella época era cuando estaban naciendo las redes sociales y un blog era algo muy novedoso, e iba contando lo que iba conociendo. El blog se llama como el libro, Viaje al centro de los sueños. Cuando regresé del viaje me di cuenta de que tenía mucho material, tenía muchas fotos porque me gusta mucho la fotografía y surgió de forma natural plasmar todo aquello en un libro. Empecé a escribirlo en 2006 y lo terminé a finales del año pasado, porque he ido añadiendo cosas. Además, mucha gente que iba a viajar a esas zonas me escribía pidiendo consejos y pensé que el libro podría ser interesante.

¿Dónde se puede adquirir?

-El libro en formato electrónico se puede descargar gratis de mi blog o poniendo mi nombre en Google. En papel está disponible en Elkar de Hernani y se puede conseguir en cualquier tienda de Elkar.

¿De sus viajes, qué capítulos o anécdotas destacaría?

-Muchas, porque son muchos meses y muchos lugares. Pero por dar unas pinceladas destacaría el viaje a la Patagonia y la lucha tan desigual que llevan las organizaciones sociales y medioambientales por preservar un ecosistema tan frágil como la selva patagónica, que tiene árboles con un crecimiento muy lento. Me llamó también mucho la atención la realidad de Bolivia. Pude visitarla en 2005, una época muy convulsa, con presidentes y tiranías, hubo muchas protestas de campesinos y todo eso sirvió para que en 2006 se convocaran elecciones que ganó Evo Morales.

¿Ha tenido ocasión de volver a visitar esos países?

-Sí que he regresado a Argentina, a Brasil... A Paraguay iba a ir este año, pero debido al COVID-19 lo he tenido que suspender. A Bolivia y a Chile no he regresado, pero sigo de cerca la realidad.

Conociendo el desarrollo de esa zona y siguiendo su realidad actual, ¿qué balance hace de su situación?

-Algunos claramente han cambiado a peor, sobre todo políticamente. Brasil, por ejemplo, con Lula da Silve se creó mucha ilusión con su giro a la izquierda, pero ahora tiene un presidente paranoico que hace política de ultraderecha. En Bolivia también el año pasado derrocaron a Evo Morales y han puesto a una presidenta que no tiene ninguna legitimidad. En Chile también seguí de cerca las protestas estudiantiles que reclamaban un nivel de vida más accesible. En Chile la vida es muy cara y los sueldos no alcanzan para cubrir sus necesidades. A pesar de todo, haciendo un balance de los últimos quince años, se puede decir que socialmente han ido a mejor: muchos indígenas han recuperado sus señas de identidad y han mejorado sus condiciones de vida.

"En los 90, Centroamérica estaba inmersa en guerras civiles muy cruentas y yo tenía interés por informarme de primera mano"

"A la vuelta de mi viaje de Sudamérica, me di cuenta de que tenía mucho material y escribir un libro surgió de manera natural"