Aretxabaleta - Iurgi Etxebarria es un hombre de teatro. Fue de niño cuando sintió la vocación por esta disciplina artística que, de algún modo, empezó a cultivar en las actividades culturales que se organizaban en Aretxabaleta. Entonces, su continua fuente de inquietud le llevaba a vivir estas experiencias que le permitieron ir descubriendo poco a poco "el significado de la imaginación". Así decidió encarrilar su profesión hacia este mundo, al que ya lleva ligado dos décadas. En esta trayectoria, y junto con la compañía Kukubiltxo, ha vivido la creación en dos frentes: sobre las tablas e investigando técnicas en el laboratorio para alumbrar nuevas propuestas escénicas. Hace cuatro años decidió dar el salto a la formación y emprender su camino en solitario bajo el nombre de Apropox. "Alimentar la creatividad da sentido a nuestro proyecto e indica nuestro norte", asegura el atxabaltarra en su carta de presentación.
¿A quién va dirigido el taller Imagine eta kitto que impartirá el próximo sábado? (de 9.30 a 12.30 horas).
- A mayores de 16 años; a gente que tiene ganas de experimentar sensaciones de todo tipo gracias al teatro. Está pensado para aquellas personas a quienes el deporte y otras actividades no les llenan, y buscan otras alternativas. Agitaremos el cuerpo y despertaremos la imaginación que tenemos en nuestro interior. Y, realmente, cuando esto ocurre todos nos sorprendemos de lo que somos capaces de hacer. Los participantes saldrán con la sensación de que han hecho su propia aportación, pero no por encima de nadie, no ganando a nadie (La inscripción está abierta en Arkupe).
¿Cuándo se le despertó el gusanillo interpretativo? ¿Cómo se dio cuenta de que lo suyo era el teatro?
- Desde crío. En las actividades que se llevaban a cabo en el pueblo y que tenían que ver con la cultura, el teatro o se desarrollaban en grupo , ahí estaba yo. Me llenaba mucho (sonríe).
Decidió encaminar su carrera profesional hacia las artes escénicas.¿Cómo resumiría su trayectoria?
- Me formé en las escuelas de Getxo y Basauri, donde adquirí las herramientas para hacer teatro. En aquellos años conocí al director de la compañía Deabru Beltzak, Garbitxu, entonces de Kukubiltxo, y con este grupo me metí de lleno en la creación, tanto en la parte actoral como en el laboratorio. Exploré con el títere, fuimos pioneros en trabajar subidos en zancos (hankapaluak), actuamos con marionetas gigantes, creamos otras con materiales muy diversos, con control remoto, luces led... En una posterior fase nos dirigimos al público adulto y, para ello, contamos con el grupo sudamericano Malayerba, con el que profundizamos en los sentimientos, prestándoselos a los personajes. En esta etapa participé en dos obras y el conjunto de todas estas vivencias me llenaron del todo. Con la experiencia de esos años es con la que afronto mi etapa como formador.
De las tablas da el salto a la formación, y así nace 'Apropox, sormen iturri'. ¿Con qué objetivo?
- Yo viví el teatro en Bizkaia y cuando regresé al valle me di cuenta de que había que impulsar esta disciplina, que tanta felicidad y alegría me había dado a mí. Consideré que había y hay que darle un empujón al teatro, que es donde se encuentran todas las artes: la música, el pintor cuando hace la escenografía, el escritor Esa importancia creo que aún no se ha interiorizado en la comarca, y estoy trabajando en ello. El proyecto consiste en enseñar métodos de trabajo mediante la ciencia de la imaginación.
Está trabajando con el alumnado de diferentes centros escolares.
- Así es. En estos momentos Iufala!, que es como se llama el programa, se está desarrollando en cinco centros de Oñati, Aretxabaleta, Arrasate, Aramaio y Eskoriatza, con chavales de a partir de 10-12 años. Trabajamos la creatividad por medio de la interpretación y el teatro, abordando otros aspectos como la convivencia, la confianza, el euskera Con los alumnos más mayorcitos utilizamos un títere, que se manipula entre tres personas. Las sesiones, de 20 horas cada una, finalizan con una obra de teatro. En ese tiempo, el guion que yo les pongo encima de la mesa lo van enriqueciendo. Apropox también está pensado para las asociaciones vinculadas a la cultura, donde se incluyen las casas de cultura, así como para las empresas. Para esto último me estoy formando.
¿Qué valoración hace de estos años de andadura con el proyecto?
- Estoy muy contento porque es enriquecedor para los alumnos y alumnas. Sin embargo, para la utopía que me he puesto, porque hay que ponerse una para luchar por ella, de mojar todo el valle de teatro, todavía tengo mucho trabajo por delante. Es complicado, poco a poco.
Iniciativas como las que se están llevando a cabo en Aretxabaleta tienen el objetivo de impulsar el gusto por el teatro y, siendo un poco más ambiciosos, podrían avivar en algunos las ganas de poner a prueba la creatividad por medio de la interpretación. ¿Está de acuerdo?
- Este tipo de programas hay que recibirlos de forma positiva. El cartel que se ha configurado incluye diferentes obras de teatro, actividades en los centros escolares, también se sale a la calle para buscar de alguna manera la complicidad del público, sin olvidar la parte de la formación. Esto último, que es lo que a mi me toca, puede dar pie a la celebración de más cursos entre aquellas personas que tengan ciertas inquietudes. No tengo dudas de que el sábado los asistentes a la sesión se lo van a pasar bien, van a vivir algo novedoso; no van a arrepentirse de su participación.
Por último, ¿por qué habría que subirse a un escenario?
- Porque se siente una inquietud y en algunos casos, es un reto para algunos. Y para transmitir emociones.
Gipuzkoando
Su txoko guipuzcoano favorito. Hiruatx, en Aretxabaleta.
Una fiesta o evento. Los carnavales en Aretxabaleta. De algún modo, ahí empezó todo; el camino que después he seguido y donde estoy ahora.
Un paisaje. El valle (Aretxabaleta y su entorno) nublado.
Un monte. Andarto.
Una playa. La situada en la ladera del monte Jaizkibel.