donostia - El 25 de septiembre de 2015 la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó los ODS -Objetivos de Desarrollo Sostenible- con vistas a erradicar la pobreza, el cambio climático y luchar contra las desigualdades e injusticias. El lunes, por tanto, se cumple el aniversario de la puesta en marcha de los ODS, en la llamada Agenda 2030.
Sin embargo el poder económico y político se concentra cada vez más en un reducido grupo de elite; y nos enfrentamos como sociedad al reto de las desigualdades múltiples que pueden hacer peligrar la cohesión social. En todas las regiones del mundo nos enfrentamos a este desafío, sin embargo son los países más pobres del África Subsahariana donde existen los peores indicadores de pobreza extrema. La falta de inversión en políticas sociales influyen en el grado de desigualdad, incluso refuerzan la exclusión social, fundamentalmente con base en género, raza, discapacidad, clase social, identidad sexual? Alrededor de 1.600 millones de mujeres en edad reproductiva (15-49 años) viven en países empobrecidos, un porcentaje importante de ellas serán madres tempranas en muchos casos por violaciones, abusos, u otros tipos de violencia.
Que la Agenda 2030 sea conocida por la sociedad civil es un reto. Organizaciones de Derechos Humanos y de las mujeres como Haurralde Fundazioa están implementando acciones conjuntas a nivel local en el conocimiento de esta agenda, y la toma de conciencia con esfuerzo desde abajo, desde la sociedad civil y la juventud. Para ello han creado alianzas con las Administraciones Públicas, que apoyan iniciativas concretas de Haurralde a favor de los ODS y la Agenda 2030. Cuentan con el respaldo de asociaciones a través de la firma de un consorcio con Malen Etxea, Fundación Derandein, Galarazi Fundazioa, o Gaurko Andreak para abordar el reto de convertir un escenario de desigualdad en igualdad, y abordar el impacto de las desigualdades múltiples especialmente en mujeres y niñas. Entre nuestras prioridades están promover que los ODS sean conocidos y sean tenidos en cuenta dentro de las políticas publicas y locales, profundizar en el conocimiento de la Agenda 2030 desde Euskadi, promover espacios de coordinación política, atender con especificidad a uno de los mayores desafíos: erradicar toda forma de violencia contra las mujeres y niñas y el control de sus cuerpos.
Los grupos vulnerables afectados por las desigualdades múltiples suelen ser los que menos fuerza tienen para enfrentar las situaciones y cambiarlas, de ahí la necesaria inversión en desarrollo y empoderamiento de estos grupos sociales recuperando la cooperación internacional. La Agenda2030 es una oportunidad para recuperar el estado de bienestar la protección al mundo laboral en condiciones dignas, la erradicación de toda violencia contra las mujeres, la protección del planeta y el derecho al desarrollo de las generaciones futuras. - N.G.