¿Desde cuándo lleva abierto el Mendi Kafe Rock y cuál fue el motivo de crear una sede de Loquillo?
Este noviembre cumplimos once años. Personalmente, Loquillo siempre ha estado muy presente en mi casa. La primera vez que le vi sobre los escenarios fue en el año 90 en la gira “A por ellos que son pocos y cobardes” en el Velódromo de Anoeta. Ese mismo año vi a B.B. King y Chuck Berry codo con codo con Lee Junior, que por aquel entonces era miembro del grupo Lucas y los patosos y desde entonces, tuve claro que el rock n'roll formaría parte de mi vida. 25 años después Lee junior ha compuesto una canción dedicada al Mendi Kafe Rock.
¿Hay una canción sobre el Mendi Kafe Rock?
En efecto, y ahora andamos con el montaje del videoclip en el que además del bar aparecen motos clásicas. Rodar en mi Royal Enfield es una de las cosas que más me relaja, otra de mis pasiones.
¿Qué nos podemos encontrar y qué tipo de gente frecuenta el Mendi Kafe Rock?
En este pub-museo puedes estar sentado en un chester de terciopelo azul de época que lleva tiempo con nosotros, antes de que se pusieran de moda. También lo puedes hacer junto a una gramola Telefunken del 58 y bajo un piano de más de 100 años de antigüedad. También puedes degustar una buena cerveza tirada desde un saxo que hace de cañero, un contrabajo con mucha historia... Son recuerdos y señas de identidad. En alguna de las ocho vitrinas, puedes contemplar entre otros el triple disco platino, disco de diamante, trajes, singles y hasta una perfecta del Loco. Además de Loquillo, para el que esta es su casa, por aquí han pasado artistas como Enrique Bunbury, Igor Paskual, presentadores de televisión como mi amigo Iñaki Lopez, que es un enamorado del buen rock n'roll. Fíjate que ya en el 93 coincidíamos en festivales como el que se celebró en Vitoria. Nos visita gente de todo tipo y condición: lasarteoriatarras para los que es una parada habitual, amantes y aficionados al rock n'roll, bikers y nos suele visitar gente de todos los rincones de la geografía. Por ejemplo, la semana pasada nos visitaron desde Santiago, expresamente para conocer el Mendi.
¿Realizas conciertos en directo?
A menudo tenemos música en vivo, o algún amigo se acerca a pinchar. El último concierto fue el de Blas Picón & Iker Piris y en navidades contamos con Javier Sun, que nos ha visitado en unas cuantas ocasiones.
Nos consta que el Mendi es un referente en el mundo de los dardos, cuéntanos más.
Desde que abrimos siempre hemos tenido partidas, pero los últimos años el crecimiento ha sido asombroso. Somos el bar de Gipuzkoa con el mayor número de equipos y de jugadores. Actualmente tenemos ocho equipos jugando la liga provincial, son casi 50 jugadores y sin contar la liga nacional. Calculo que entre competidores y la gente que juega por afición, podemos llegar a los 100 jugadores, pero lo importante no es el número, sino lo bien que lo pasamos todos los que formamos Connection darts.
¿Connection darts?
Sí, es el operador con el que se realizan las partidas. Yo siempre busco lo mejor y estas máquinas son las más completas. Ahora mismo por el simple hecho de jugar entras en el sorteo de un crucero por el Mediterráneo para dos personas. Hay ligas presenciales, virtuales, partidas on line... la oferta es inmensa. También puedes jugar individual, por parejas, tripletas y por equipos, lo tienen todo. El año pasado el campeonato de España se jugó en Alicante y el equipo ganador participó el campeonato del mundo celebrado en Las Vegas.
¿En Las Vegas?
Sí, que por cierto es un viaje que recomiendo. Cuando estuve en Las Vegas me alojé en el hotel donde se filmó Diamantes para la eternidad y desde mi ventana veía el Rivera, que es donde se juega el campeonato del mundo de dardos, allá en el que actuaban el Rat Pack, Louis Armstrong o Elvis Presley, entre otros. Recientemente, el Rivera cerró sus puertas. Está claro que todo cambia y por eso, es fundamental renovarse sin perder la esencia.