El asador Trapos (calle 31 de agosto) celebró su inauguración el pasado lunes, aunque ya llevaba unos cuantos días de rodaje, y ahora se encuentra a pleno rendimiento bajo las directrices de Ander Murua, un hostelero con una experiencia avalada por más de 30 años.
"Hace diez años empecé un recorrido en solitario, adquirí el Basaleku de Amara (Illumbe, 11), una marisquería-asador, y en una línea muy parecida a lo que deseo hacer ahora en el Trapos, en sintonía también con el antiguo Trapos. Yo quiero dar una buena oferta de asador, las verduritas del tiempo, algo de marisco y, por supuesto, los pescados frescos del día", explica Ander Murua.
Por su entrada de la calle 31 de agosto se accede al comedor, luminoso y acogedor, que da paso a una barra y a un espacio diferente, cómodo y relajante, con un mobiliario más tradicional, donde poder tomar un aperitivo previo o una copa. Desde este espacio se tiene acceso a la calle Valle Lersundi, una zona en la que no atiza el viento y donde se puede disfrutar de la terraza.
En la decoración del Trapos, Ander Murua ha querido mantener, en la medida de lo posible, el estilo del antiguo Trapos, "conservando el suelo del bar, de más de 250 años, época en la que era la plaza de entrada a la iglesia de San Telmo. Su tratamiento ha costado mucho, pero hemos tenido un gran interés en mantenerlo. A este aire antiguo en la estructura de esta sala noble, hemos querido darle un toque más actual en el decorado y, al mismo tiempo, dotarle de un mobiliario clásico, Una combinación del antes y el ahora, que es más o menos, lo que quiero ofrecer en mi cocina; tradición, con una actualización en lo que se refiere al tratamiento de las grasas y otros aspectos que la hacen más ligera. Mi cocina no va a ser ni minimalista ni vanguardista, sino tradicional, para que nos acordemos de lo que ha sido siempre, porque está desapareciendo en gran parte mientras se hace mucha cocina vanguardista, que está muy bien, pero sin olvidarse de la cocina de producto autóctono".
Además de la carta, hay menús cerrados de fin de semana, que rondan los 30 euros, IVA incluido, pero también habrá menús especiales que todavía están sin terminar de diseñar. El menú del día, entre semana, es de 17,50 euros.
Amante de la ópera y del arte porque "se lleva muy bien con la cocina", ha querido que esté presente en el comedor del Trapos a través de las esculturas de Tomás Murua (su padre) y la pintura de Unai Jiménez.