donostia. Muchas felicidades, ante todo. ¿Como miembro de Lilatoi taldea, cómo se siente a tres días de que el colectivo reciba la Medalla al Mérito 2010?

Estamos contentísimas. Recibir este reconocimiento del Ayuntamiento es muy importante para la carrera y su difusión, teniendo en cuenta que su inicio fue polémico.

¿Cómo definiría la carrera Lilatón?

La carrera es un poco como la escuela, la primera experiencia para muchas chicas que empiezan a correr. Se sienten arropadas, se lo pasan bien y encima se sienten satisfechas. A partir de ahí, hay quienes se lo toman en serio y se convierten en asiduas corredoras de otras carreras, incluso la Behobia-Donostia.

¿Considera que este reconocimiento por parte del Ayuntamiento es un paso adelante más en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres?

Sin ninguna duda. Yo creo que el Ayuntamiento ha hecho una apuesta clara. Este premio, además, lo tienen que recoger como suyo todas las mujeres que en un ámbito u en otro trabajan a favor de nuestros derechos. La Lilatón sirve como herramienta en contra de la desigualdad, y lo estamos consiguiendo en la medida que nuestras chicas pasan de la Lilatón a las carreras mixtas, con un espíritu de igualdad.

Pero todavía queda mucho por recorrer en este camino.

Sí, aunque los pasos hasta ahora dados han sido importantes. Antes teníamos que explicar el porqué de organizar una carrera exclusivamente femenina. Ahora, en cambio, ya no tenemos que explicarlo, lo que es un signo de normalización.

¿Este premio les ha infundido energía para seguir trabajando?

Desde luego. Aunque el mayor problema que tenemos ahora es generacional. Llevamos 20 años con esto, y no empezamos con diez. Esto tiene que seguir, pero nuevas energías tienen que llegar para relevarnos y continuar en esta línea.

Tiene que ser increíble para quienes han estado desde el comienzo ver la evolución de la Lilatón.

Es increíble la evolución que ha tenido desde aquella primera vez que congregó a 125 corredoras, a la última edición, que reunió a más de mil.

Ya no queda nada para el 7 de marzo, fecha en la que se celebrará la siguiente Lilatón. Debido a este reconocimiento, ¿están pensando en hacer algo especial?

Todavía no hemos hablado de eso. No podemos adelantar nada, pero habrá sorpresas. Ahora estamos inmersas en la organización de la carrera, y ya tenemos diseñado el cartel...

Como donostiarra, la entrega de la medalla será una inmejorable forma de comenzar a celebrar la fiesta.

Para mí es muy emocionante. Yo salgo en la tamborrada de Kresala desde hace ya mucho tiempo, por lo que suelo vivir intensamente la fiesta. Y la entrega de la medalla será una buena forma de encender la mecha.

¿Y, siendo donostiarras la mayoría de los miembros de Lilatoi taldea, no han pensado en sacar una tamborrada del colectivo?

No se nos ha pasado por la cabeza. Pero es cuestión de proponerlo, no estaría nada mal (risas).

Desde hace dos años las mujeres también pueden tocar en la Izada. ¿Qué opinión le merece ese paso?

A título personal, creo que ha sido un paso conveniente. Yo estaba deseando que se acabara el monopolio de los hombres en la Izada y la Arriada de la bandera. Yo creo que el Ayuntamiento ha sido valiente en este sentido, al igual que lo sucedido con el tema de los caldereros.

Soldado, cocinero, cantinera o aguadora. ¿Con qué personaje de la Tamborrada se identifica más?

Con la aguadora. El tambor es muy soso, me gusta más el barril.

¿Cómo son las perspectivas?

Las perspectivas son inmejorables. Hay muchas posibilidades de ir mejorando la carrera. Ideas hay miles, aunque no podemos ponerlas todas en práctica. Yo, por ejemplo, tengo el capricho de hacer una Lilatón Txiki, aunque es complicado debido a las importantes medidas de seguridad que se precisan para ello.