Euskadi necesita quintuplicar su capacidad de generación de energía renovable en los próximos cinco o seis años, si quiere cumplir los objetivos fijados en la Estrategia Energética 2030 y para ello, tal y como avanzó el pasado mes de diciembre el propio lehendakari Imanol Pradales, “habrá que tomar decisiones”. Las primeras ya están aquí y han supuesto la actualización del Plan Territorial Sectorial (PTS) que define los emplazamientos considerados ideales para las instalaciones de producción de energía renovable en Euskadi.
La mayoría de estas Zonas de Localización Seleccionada (ZLS), que serían las más adecuadas para ubicar grandes infraestructuras de renovables, se sitúan en Araba, pero en Gipuzkoa se han definido 14 municipios con emplazamientos ideales para instalaciones eólicas, cinco para fotovoltaicas y cuatro para marinas.
En el caso de las eólicas, se sitúan en los términos municipales de Eskoriatza, Leintz Gatzaga y Oñati en Debagoiena; Mendaro y Mutriku en Debabarrena; Berastegi, Bidania-Goiatz, Elduain, Gaztelu, Lizartza y Orexa en Tolosaldea; y Beizama, Errezil y Zestoa en Urola Kosta.
Se ha tenido en cuenta que los emplazamientos seleccionados ofrezcan una velocidad de viento media anual superior a 6,22 metros por segundo (una mayor eficiencia propiciada por avances tecnológicos podría modificar este parámetro en el futuro), que presenten alineaciones mayores de dos kilómetros de manera continua o discontinua para que sea viable la construcción de un parque de gran escala y que no ofrezcan ningún impedimento medioambiental o técnico.
Se ha suprimido del listado la localidad de Deba, inicialmente contemplada; y por el contrario, se han incluido otros que no figuraban antes, como Lizartza, Orexa o Zestoa. En el caso de las instalaciones eólicas, Gipuzkoa no cuenta con muchas zonas adecuadas, que se reducen a líneas que se dibujan en el mapa.
También se han definido cinco municipios adecuados para instalar grandes infraestructuras fotovoltaicas, después de sacar de este listado a Donostia y Bidania-Goiatz por no cumplir algunos de los requisitos de idoneidad; se han definido estos espacios en Antzuola (Debagoiena); Albiztur, Alegia y Tolosa (Tolosaldea); y Zestoa, en la comarca de Urola Kosta. Zumaia, Getaria, Orio y Hondarribia se consideran, por último, ZLS para la instalación de instalaciones marinas como la que ya existe en Mutriku.
La actualización del PTS se ha llevado a cabo después de analizar y resolver las más de 4.300 alegaciones (la mayoría rechazadas) presentadas a distintos proyectos de renovables presentados (un centenar en la CAV).
El PTS también define las denominadas zonas de exclusión, que son aquellas en las que no se pueden ejecutar grandes proyectos. Hay que tener en cuenta que todo el litoral queda excluido, así como los parques naturales de Aiako Harria, Pagoeta, Aralar y Aizkorri-Aratz.
La actualización del PTS permitirá agilizar los trámites para la implantación de estas infraestructuras en las ZLS, pero ello no indica necesariamente que se vayan a implantar en ellas instalaciones de este tipo; del mismo modo que el hecho de no estar catalogado como ZLS, no impide que alguna compañía esté interesada y presente un proyecto que deberá superar la tramitación administrativa requerida. Sólo las zonas de exclusión son incompatibles con grandes proyectos de renovables, pero podrían alojar otros proyectos menores.
Uno de los objetivos del PTS, de hecho, es dotar de una “mayor seguridad jurídica” a “las entidades promotoras de este tipo de proyectos, estableciendo una zonificación adecuada y completa en la que se establecen ya a nivel estratégico las limitaciones, condicionantes y exclusiones existentes para el desarrollo de este tipo de proyectos en todo el territorio, reduciendo así las incertidumbres a las que se encuentran expuestos".
20 años ‘perdidos’
Esto no es baladí. Conviene recordar que el Gobierno Vasco ya aprobó hace más de dos décadas, en 2002, el I Plan Territorial Sectorial de la Energía Eólica de Euskadi mediante el Decreto 140/2002, en el que se definieron ya los primeros emplazamientos idóneos, y que estaba llamado a impulsar la implantación de la eólica en Euskadi. Pero fue “insuficiente”. Lo admite el propio Gobierno Vasco, que aduce los “recurrentes problemas de aprobación de proyectos”. El PTS inicial de 2002 tenía como objetivo principal facilitar la instalación de parques eólicos para alcanzar una potencia instalada de 175 MW y una producción anual de 437.500 MWh de origen eólico, tal y como contemplaba en aquellos momentos la Estrategia Energética de 2005.
Sin embargo, 20 años después, los cinco parques eólicos que tenemos en marcha en Euskadi: Elgea (26,97 MW), Oiz I (25,5 MW), Oiz II (8,5 MW), Badaia (49,98 MW) y Urkilla (32,3 MW), el único en Gipuzkoa, dentro del término municipal de Oñati, arrojan una potencia total instalada de 143,25 MW: el 82% de lo que deberían tener ya en 2005. A lo que se suma un mini parque eólico en el puerto de Bilbao: 155 MW en total de los 175 que debía haber ya en 2005.
Durante la tramitación de varios de estos proyectos, además, se produjeron algunas resoluciones desfavorables por razones ambientales, como por ejemplo en el emplazamiento de Kolometa, situado dentro de los límites del Parque Natural de Gorbeia, por considerarla el Patronato del Parque Natural que era contraria a la normativa que gestiona y ordena el Parque Natural, lo que desactivó el proyecto.
El PTS actualizado es una herramienta esencial, por tanto, ya que el propio Gobierno Vasco reconoce que la ubicación de estas infraestructuras es una “decisión trascendental” a la que pretende dar respuesta el PTS.
Hay que tener en cuenta que el Gobierno Vasco se mueve ya en el terreno de la urgencia si quiere cumplir la Estrategia Energética de Euskadi 2030 y la Estrategia Klima 2050, con los que se pretende avanzar en la sustitución de energías y combustibles fósiles por renovables.
En esencia, porque actualmente Euskadi es un territorio casi completamente dependiente del exterior en materia de producción energética, dada la ausencia de recursos fósiles que se emplean para la generación eléctrica convencional tales como petróleo o gas, que destacan actualmente en el mix energético vasco.
Las renovables han pasado de representar el 1,7% del consumo interior bruto en 1982 al 9,7% en 2021, porcentaje que aumenta hasta el 16,6% si se tiene en cuenta la energía eléctrica importada. Pero nos hemos autoimpuesto que las renovables autóctonas alcancen el 15% en 2030.
El caso de los eólicos es el mejor exponente del reto que debemos afrontar. Hay 43 solicitudes encima de la mesa para implantar nuevos parques en Euskadi (una decena en Gipuzkoa), pero en 18 años no se ha vuelto a levantar ningún otro aerogenerador todavía y los pocos que hay tienen ya 20 años, muy cerca de los 25 en los que se sitúa su vida útil.
Pese a los múltiples beneficios que reporta en cuanto a superficie ocupada, escasa erosión del suelo, nula emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y la obtención de energía limpia y barata, no hay que olvidar que sigue habiendo unos contras que pesan bastante a gran parte de la población.
Entre ellos, que los yacimientos eólicos se localizan en zonas determinadas, donde se cumplen unas condiciones de viento que garanticen la viabilidad de la explotación, ya que se trata de un recurso no almacenable y sin margen de gestión. Lo que se genera pasa directamente a red, si bien se cree que el desarrollo paralelo de tecnologías de almacenamiento energético puede llegar a corregir en parte esta limitación, teniendo previsto el parque eólico Elgea-Urkilla la instalación de un sistema de baterías para almacenamiento energético.
Por otra parte, los parques comerciales requieren aerogeneradores de grandes dimensiones que pueden llevar aparejados impactos ambientales (los de menor tamaño tienen 70-80 metros de altura), especialmente relacionados con el paisaje, aves y quirópteros acorde a la literatura científica.
Y además, la obra civil resulta compleja y los materiales con los que se construyen los aerogeneradores actuales son difícilmente recuperables, si bien ya se están alcanzando tasas de reciclaje superiores al 80%.