La educación está en constante transformación. Las demandas cambiantes del mundo laboral han hecho que Euskadi haya implementado recientemente una transformación en el sistema educativo: la transición de la Formación Profesional Básica (FPB) a la Formación Profesional Inicial (FPI). Este cambio implica una revisión fundamental en la forma en que se prepara a los estudiantes para el mundo laboral y una respuesta a las necesidades específicas de la economía actual.

Este curso académico Euskadi cuenta con más de 49.000 alumnos matriculados en FP, un 5,3% más respecto al curso anterior. Además, cada vez son más las personas que deciden completar su formación con prácticas en empresas gracias a la modalidad dual. Con el fin de dotar a los alumnos de herramientas y conocimientos necesarios para desarrollar su carrera profesional con éxito, la Formación Profesional Inicial nace con el cometido de brindar a los estudiantes de una educación más especializada y práctica para aumentar su empleabilidad y mejorar su capacidad para contribuir de manera significativa a la economía y la sociedad. 

Un modelo más flexible y adaptado

Mientras que la Formación Profesional Básica se centraba en proporcionar conocimientos básicos y habilidades generales, la FPI se adentra en áreas técnicas específicas, ofreciendo una formación más profunda y práctica en campos profesionales concretos.

Por todo, se trata de un modelo de formación más flexible, adaptado, abierto, accesible y eficiente, en el que la cohesión social constituye uno de sus pilares más importantes.

La FPI se adentra en áreas técnicas específicas, ofreciendo una preparación más profunda y práctica

El gran objetivo con el que nace la Formación Profesional Inicial es que el alumnado siga aprendiendo, se siga formando, incluso después de haber obtenido una titulación. Nace con el firme propósito de que nadie se quede atrás, fuera de un itinerario formativo o sin opciones de seguir con sus estudios, y pone el foco especialmente en los colectivos más vulnerables –personas migrantes, personas sin titulación en situación de desempleo, con diversidad funciona, con dificultades de aprendizaje, etc.–.

Pero esta no es la única innovación que ha puesto en marcha Euskadi en el ámbito de la Formación Profesional en los últimos años. Sin ir más lejos, el modelo Ethazi es un claro ejemplo de innovación y aprendizaje colaborativo en las aulas vascas, más concretamente en la Formación Profesional. Hasta el momento, cerca de 80.000 alumnos vascos se han formado en este modelo de la mano de compañías del territorio. 

¿Cuáles son los beneficios de la FP Inicial?

• Estudiantes preparados: La FPI se centra en proporcionar habilidades y conocimientos directamente aplicables en el mundo laboral, lo que asegura que los estudiantes estén mejor preparados para enfrentar los desafíos del mercado laboral actual.

• Conexión con el mundo laboral: La FPI establece vínculos estrechos con empresas y empleadores locales, ofreciendo oportunidades de prácticas y aprendizaje en entornos reales de trabajo. Esto facilita la transición de los estudiantes al mercado laboral y les proporciona una ventaja competitiva.

• Diversidad de opciones: Con una amplia gama de itinerarios formativos disponibles, la FPI ofrece oportunidades para explorar diferentes campos profesionales y descubrir áreas de interés y aptitudes.

• Inclusión y equidad: La FPI está diseñada para ser más accesible y adaptable, garantizando que todos los estudiantes tengan la oportunidad de desarrollar sus habilidades y alcanzar su máximo potencial, independientemente de sus circunstancias individuales.

Principales diferencias

La diferencia clave entre la FP Básica y la FP Inicial radica en el enfoque y el alcance de la educación ofrecida. Mientras que la FP Básica se centraba en la adquisición de habilidades básicas y conocimientos generales, la FP Inicial se enfoca en proporcionar una formación más especializada y orientada a la práctica en áreas técnicas específicas. Esto implica un cambio hacia un currículo más relevante y adaptado a las demandas del mercado laboral actual.

Además, la FP Inicial ofrece una mayor flexibilidad y variedad de opciones para los estudiantes. Se ofrecen diferentes itinerarios formativos que les permiten elegir el camino que mejor se adapte a sus intereses y metas profesionales. Esto amplía las oportunidades educativas y garantiza que los estudiantes puedan seguir trayectorias personalizadas según sus necesidades individuales.

La FP Inicial se centra en proporcionar habilidades y conocimientos directamente aplicables en el mundo laboral, lo que asegura que los estudiantes estén mejor preparados para enfrentar los desafíos del mercado laboral actual. 

Vínculo estrecho con las empresas

Asimismo, establece vínculos estrechos con empresas y empleadores locales, ofreciendo oportunidades de prácticas y aprendizaje en entornos reales de trabajo. Este hecho facilita la transición de los estudiantes al mercado laboral y les proporciona una ventaja competitiva. Con una amplia gama de itinerarios formativos disponibles, este nuevo modelo formativo ofrece oportunidades para explorar diferentes campos profesionales y descubrir áreas de interés y aptitudes. 

Por todo, la FP Inicial está diseñada para ser más accesible y adaptable, garantizando que todos los estudiantes tengan la oportunidad de desarrollar sus habilidades y alcanzar su máximo potencial, independientemente de sus circunstancias individuales.